Esto se nos va de las manos. Cuando una piensa que ya ha escuchado bastantes tonterías, siempre aparece alguien que decide que el ritmo no puede parar, que la coctelera siempre ha de estar en movimiento para que la bebida salga en su punto. Y es que lo normal es que desde estas líneas se critique la acción del Gobierno, pero como dijo Pérez Reverte en una entrevista, los políticos son el reflejo de la sociedad. Y algo falla en la española ya que, como decía en ese mismo programa el miembro de la RAE, falta educación. Se podría añadir que de los dos tipos, la de los libros y la del comportamiento.
Pero volviendo al tema que ocupa hoy, el otro día fue Ana Morgade quien que no tenía otra cosa que hacer que criticar la mítica “Devuélveme a mi chica” de Hombres G; que si marica es un insulto, que si las chicas no son un bolso que se puede devolver, bla, bla, bla… Hasta ahí, se puede aceptar pulpo como animal de compañía, vamos, entendible. Cualquier telespectador de Pasapalabra sabe que quienes se lo curran son los concursantes, faltaría más, mientras que los invitados famosos van a promocionar películas y obras de teatro, o en su defecto, soltar gracias sin gota de gracia en la mayoría de los casos. Lo que ya no es de recibo es ver a Roberto Leal asintiendo todas y cada una de las palabras de Morgade, después de haber entonado ambos la canción a pleno pulmón, y más tarde, la dirección del propio programa aplaudiendo y dando la razón a la susodicha vía Twitter. En este país, todo vale con tal de dar la nota y estar en el candelero. En educación, ciencia, filosofía… no destacaremos, y tampoco interesa, ya que el rebaño cuanto más borrego mejor. Pero en soltar perlas por la boca y que todo el mundo se ponga a dar palmas sin saber lo que aplaude, en eso no nos gana nadie.
Ante todo lo que se dijo con el rosco como objetivo, no hubo mejor respuesta que la del propio David Summers sugiriéndole al programa que si la canción les parecía ofensiva, que no la pusieran. ¡Chapeau! Pero ¡cómo no la van a poner! En ese caso, Antena 3 y todas las cadenas de televisión o programas de radio deberían de eliminar más de la mitad de su programación. La Bella Durmiente, fuera, por machista. Una ópera de Wagner, fuera, por ser el favorito de Hitler. Marco y su mono, fuera por delitos contra la infancia. El perrea, perrea, sin comentarios. James Bond… esos son palabras mayores: mujeriego, asesino, mentiroso, jugador, conduce coches que contaminan y encima monárquico (el “salto en helicóptero” con la Reina de Inglaterra en la ceremonia inaugural de las olimpiadas fue memorable). Como Antena 3 emita una película de 007 habrá que esperar algún tweet reivindicativo por parte de la propia cadena o de algún ciudadano ofendido.
La verdad, qué infancia más dura tuvieron nuestros padres sufriendo día y noche el martillo conservador de sus propios padres, o sea, nuestros abuelos y no te digo nada, los bisabuelos. Menos mal que cuando crecieron pudieron disfrutar de Hombres G, entre otros. Un grupo, por cierto, que cuarenta años después siguen dando unos conciertos espectaculares en los que su público, de distintas generaciones, no deja de cantar Indiana, Venezia o el marcapasos de Marta. Y para contentar a Morgade y compañía, en las letras también tienen a un tal Eusebio que por la noche se transforma en Rita y se empodera para cargarse a todos los malos de la ciudad.
Por favor, seriedad. Las reivindicaciones, sean del tipo y del color que sean, bienvenidas. Es más, demasiadas pocas se hacen con la que está cayendo. Pero siempre el mismo tema, ya cansa. Lo único que se está consiguiendo con determinadas políticas es generar conflicto y crispación, de hecho, las burradas que tuvo que leer la presentadora sobre su persona son una buena muestra de ello. Pero es que algunos llevan el divide y vencerás a su máximo exponente. Que están dividiendo, seguro, que vencerán… eso no está tan claro. Mientras tanto, cada vez que haya que soportar polémicas similares a la de la semana pasada, habrá que seguir retorciéndose entre polvos pica-pica.
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