1933: Fin de la República de Cuba a manos de la izquierda

A diferencia de lo que se difunde, no fue en 1959 el fin de la República y la democracia en Cuba, ya venía de mucho antes. La KOMINTER de 1919 tenía como principal objetivo extender la “revolución” (entiéndase comunismo) por el mundo y Cuba, posición estratégica en la geopolítica mundial no quedaría exenta.

Las recientes crisis económicas en Europa han resurgido los movimientos de extrema izquierda estilo Podemos en España, Syriza en Grecia o el Movimiento 5 Estrellas en Francia, apoyados y hasta financiados desde Venezuela y Cuba. A pesar del acceso a la información y al reiterado fracaso económico y político de esa ideología asesina llamada Comunismo. Si aún hoy no acabamos de llamar a las cosas por su nombre y caemos en el blanqueamiento de: “es que no es realmente socialismo/comunismo”, imaginen en la isla caribeña que apenas llevaba dos décadas como República.

La fundación del Partido Comunista 1925, la organización terrorista ABC y la “Gran Depresión” (crisis del 29) fueron el caldo de cultivo para levantar a un pueblo mayoritariamente analfabeto. Utilizando la escusa de que el general mambí: Gerardo Machado había modificado la Constitución de 1901, en 1928, para introducir el voto de la mujer, quitar las prorrogas presidenciales estableciendo la duración máxima de la legislatura en 6 años y algún retoque más encendió la llama “revolucionaria” (entiéndase terrorista). Machado cuyo periodo de gobierno inicialmente era de 1925 al 1929, con posibilidad de una reelección, como después pasó con Rooselvet en EE. UU. el senado lo reeligió debido a la crisis económica. La “pedrada”, producto del adoctrinamiento neo-comunista de tantos años, hace ver a algunos cubanos como héroes al movimiento terrorista ABC, que asesinó al presidente del senado Clemente Vázquez Bello en 1932 y en periódicos clandestinos daba señas de contra quién deberían atentar sus cedulas muy parecidas a las actuales yihadistas. Sus “camisas verdes” imitaban a ‘los camisas negras’ de Mussolini.

A pesar de los intentos de dialogo en 1931 los coroneles Mario García Menocal y Carlos Mendieta se levantaron en armas, otros como Carlos Hevia o Sergio Carvó desembarcaban por Gibara en una expedición armada, el gobierno de Machado sofocó las protestas y como ya hizo con Julio Antonio Mella no tomó represalias y los “revolucionarios” se exiliaron. Es curioso el paralelismo con el movimiento 26 de julio y como Batista cometió el mismo error… dejarlos ir.

Las huelgas siguieron y el 12 de agosto de 1933 con cierta complicidad de Summer Welles, el embajador de EE. UU. en Cuba, parte del ejercito derroca al presidente. “Las formas tradicionales de la democracia se verían obligadas a luchar contra las tendencias socialistas y totalitarias…” El 12 de agosto por sugerencias de Welles se designaba presidente a Carlos Manuel de Céspedes, hijo del “Padre de la Patria”. Céspedes fue utilizado como lo fue Manuel Urrutia Lleó en 1959.

Políticos con fama de “honestos” y nada radicalizados. Se persiguieron a todos los seguidores del presidente depuesto, se incendió el periódico El Heraldo acusado de “machadista”, ajuste de cuentas en las calles, incautación de vienes… algo muy parecido a los hechos ocurridos en 1959. Céspedes derogó la reforma constitucional de Machado en 1928, dejando integro el texto de la Constitución de 1901  y disolvió el congreso por decreto, sabiéndolo o no, había hecho el trabajo sucio a la “Revolución de 1933”. El gobierno de Céspedes apenas duró veintitrés días y recibió como pago su destitución por “los revolucionarios” que se autodenominaban la “voz del pueblo”. El paralelismo con el 59 es innegable.

Con estas mimbres, la persecución y desintegración de los partidos de 1933, así como cualquier supuesto seguidor del depuesto presidente Gerardo Machado. Los “revolucionarios” se quedaron sin más oposición que ellos mismo, comenzando una dictadura rotatoria, cuyo jefe en la sombra era Batista.

El 4 de septiembre de 1933, la combinación de estudiantes y sargentos derrocó a Céspedes y designó, al margen de cualquier legalidad, al gobierno llamado “Pentarquía”, formado por Ramón Grau San Martín, Guillermo Portela, Sergio Carbó, José Miguel Irisarri y Porfirio Franca. La Pentarquía duró 6 días, designaron  presidente provisional a Grau San Martín y este a su gabinete. Que, para asegurar su poder dictatorial, mediante decretos, ascendieron a Batista de sargento de primera a jefe del Ejército (decreto:1538), a Santana de sargento de primera a 1er teniente (decreto: 1539) y a Laurent como jefe de la policía (decreto: 1541).

El también conocido como Gobierno de los Cien Días o Grau-Guiteras gobernó a golpe de decretos ley, sin ninguna intención de consultar a las urnas, hasta redactaron su propia “Constitución”, llamada “Estatutos para el Gobierno Provisional de Cuba – 14 de septiembre de 1933. Entre los decretos más significativos de este periodo tenemos: La jornada máxima de trabajo de 8 horas (decreto1693), la intervención de la compañía cubana de electricidad (decreto 173), el voto femenino (al haberse derogado la reforma constitucional anterior) (decreto 13) o la declaración del estado de guerra (decreto 2581). A este “gobierno provisional” lo sucedió, el 18 de enero de 1934, Carlos Mendieta que derogó el “Estatuto” de Grau con 4 meses de vigencia, restableciendo como había hecho Céspedes el texto original de la Constitución de 1901 y redactó su primera “Constitución” la Ley Constitucional del 3 de febrero de 1934”, la segunda: La Ley Constitucional para el gobierno provisional el 11 de junio de 1935.

Guiteras nada más ser destituido fundó TNT y más tarde la Joven Cuba con 30.000 pesos decomisados al The First National City Bank que ayudaron al entrenamiento de los integrantes en Mexico. A propuesta de Guiteras se secuestró a Emilio Falla Bonet  para recaudar fondos y después de su muerte se continuó con esa vía de financiación. En su programa la Joven Cuba tenía: «Para que la ordenación orgánica de Cuba en nación alcance estabilidad, precisa que el Estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo (…) al Estado socialista nos acercaremos por sucesivas etapas preparatorias. Fijada la gran meta a la que dirigimos la marcha, el programa debe interpretarse como el trazado de la primera etapa«. Guiteras encontró la muerte por disparos de militares en el Morrillo el 8 de mayo de 1935, cuando intentaba escapar a México para entrenar tropas y volver a…. la Sierra Maestra, no, no es broma.

El 20 de mayo de 1936 ganó las elecciones Miguel Mariano Gómez que, para no ser menos también redactó su “Constitución”: Proyecto de Reforma Integral de la Ley Constitucional de 1935 publicada en la Gaceta Oficial de la República el 16 de diciembre de 1936 (borrador de la Constitución de 1940, 4 años antes). En ese mismo año fue destituido por el senado por infracción constitucional, el único presidente (desde Machado) que ganó unas elecciones, fue rehabilitado en 1950 declarándolo “no culpable” de dicha infracción. En el artículo 2:” El estado dirigirá y ordenará la economía de la nación” dejaba claro la decadencia (comunista e intervencionista) que se había alcanzado.

Así se comenzó la constituyente de 1940, dando como resultado un texto casi calcado al de 1936. Ya nunca más Cuba fue “República”. Se habían eliminado los dos elementos de seguridad que podían mantenerla: La Enmienda Platt y el Artículo 42 de la Constitución de 1901, que limitaba al artículo 40, que sí pasó a la Constitución de 1940 con el número 41 y fue aprovechado por Batista para suspender derechos de la propia constitución como se detalla en las páginas 92 y 93 de “El imperio de la ley en Cuba”.

Con la Segunda Guerra Mundial (como ya había pasado con la primera), el precio del azúcar se había disparado y Cuba gozaba de cierta abundancia mal aprovechada por los gobiernos de Batista, Grau y Prío Socarrás, según el informe “Truslow” encargado por el propio Prío. El golpe de estado de Batista retrasó unos años la llegada del comunismo, pero el daño estaba hecho y el propio Batista había ayudado desde 1933. Si bien el dictador puesto a dedo Miguel Diáz Canel es continuidad del Fidelismo de 1959, este lo fue de Grau, Guiteras, Prío (colaborador en la compra del Yate Granma). Batista recibió, como antes Céspedes, una dosis de su propia traición a la República, la República de 1902 a 1933.       

Gracias a los historiadores cubanos Yoiner Loforte, Miguel Enrique Baño Leiva y (seudónimo) José Miguel Gómez por la colaboración y revisión del texto.

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