Imaginemos por un momento que existe en el mundo un futbolista en activo de más de 50 años que juega en el fútbol profesional. Sí, ese futbolista existe y es de origen japonés y cuenta, en la actualidad, con 55 años. Su nombre es Kazuyoshi Miura y es el jugador de fútbol en activo con mayor edad.
Como dato curioso, cabe destacar que el futbolista veterano fue el que llegó a inspirar a los creadores de la serie de los años 80, también japonesa, titulada Oliver y Benji, esa misma con la que muchos crecimos y que nos marcó valores tan importantes como el compañerismo o juego en equipo en general.
Miura, comenzó su andadura en el balompié profesional en el año 1982 jugando en el Juventus Brasileño. Ha pasado por diferentes ligas; la brasileña, la japonesa nativa, en la italiana, incluso la croata vistiendo la camiseta del Dinamo de Zagreb. Lo tiene prácticamente atado, salvo sorpresa, con un equipo de otra competición la cual desconocía: la portuguesa. La segunda división será su nueva liga y el equipo con el que disputará los partidos en calidad de cedido: el Oliveirense. Volviendo a citar la liga canariña, el Santos fue uno de los equipos que marcaron su trayectoria.
No sé si Kazuyoshi Miura será un refuerzo buscado en base a su talento o, por el contrario, lo que predomina en el fichaje es una estrategia de marketing aprovechada para obtener ciertos contratos. La relación que hay entre el que será el nuevo equipo de Miura y el actual al que pertenece, el Yokohama FC, tiene como nexo de unión un grupo de inversión que vela por los intereses de ambos.
A mí, que un jugador que tiene 55 años milite en el fútbol profesional, me da absolutamente igual. Pero me preocupa que intenten colocar a un futbolista, sea cual sea el equipo con intenciones puramente marketinianas. Que lo utilicen como foco de atención para crear mayor repercusión es algo que no me convence, porque acaba apartando lo futbolístico a un segundo plano..
No es la primera vez que pasa algo así, pero para el balompié, desde luego, este tipo de movimientos no son para nada positivos. Tampoco beneficia a los jugadores puesto que los sueños de éstos se ven perjudicados en favor del mundo de los negocios y en base al dinero. El esfuerzo personal debe primar por encima de lo económico.
El fútbol, como tal, se está muriendo. Se ha vuelto exclusivamente un negocio, especialmente, las divisiones profesionales. Los futbolistas creo que, en la actualidad ya no disfrutan del deporte, sino que viven de su oficio que reporta mucho dinero… el cual a veces considero que es tan injusto como innecesario.
Mientras que en el mundo del balompié vaya por delante el negocio al deporte, la pasión en el espectador puede ir disminuyendo. El fútbol siempre ha sido fútbol y, por ello, espero que las empresas que compran los equipos no lo maten. Lo digo por el bien de este maravilloso deporte y por los aficionados que lo viven con intensidad.
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