El domingo 23 de julio, como todos sabemos, es una fecha señalada en el calendario de los españoles. Pedro Sánchez, con premeditación y alevosía, nos ha convocado a las urnas en pleno periodo estival y con una gran parte de nuestros compatriotas de vacaciones. Su objetivo no es otro que parar el deterioro que sufre su Gobierno de Coalición. Sin lugar a duda, busca frenar el goteo continuado de votos que van hacia Núñez Feijóo y el Partido Popular.
Las encuestas así lo corroboran; la subida es tan imparable que Núñez Feijóo será a todas luces el presidente del Gobierno de España. Pero, ¿de qué manera? ¿Con cuántos votos? No lo sé. Sin embargo, estoy convencido de que España se teñirá de azul y que volverá a confiar en el partido de Génova para reponer los éxitos económicos y el futuro que merecemos.
La elección es como en las elecciones autonómicas que precedieron a las de mayo en Madrid: PSOE o Libertad; izquierda o libertad. Entre todas ellas, sin ninguna duda, por siempre a favor de la Libertad. Ella misma nos traerá los progresos económicos, la prosperidad, la creación de empleo, la proliferación de las empresas y autónomos. En definitiva, el éxito en nuestro país… y todo esto, pasa por votar al Partido Popular. No lo digo por decir, lo afirmo con convicción, porque ya lo hemos hecho con anterioridad. Nosotros tenemos experiencia de Gobierno y hemos demostrado que somos capaces de levantar un país del enésimo caos en el que nos mete el PSOE, ahora denominado Sanchismo.
Aún no es el momento de hablar de pactos. Todo llegará y si es necesario, el Partido Popular pactará sin complejos, porque no miraremos personalismos ni partidos; lo importante son los proyectos, los programas y en especial, España y los españoles. El 23 de julio, en bañador o como decimos en Canarias, en cholas, con la toalla colgada y desde la piscina o casa del pueblo, tenemos que movilizar al electorado y votar en masa contra el socialcomunismo, votar en positivo… pero contra la okupación, contra la subida indiscriminada de impuestos, contra el ejército de asesores, contra las mentiras, contra quienes han puesto a nuestros ganaderos en riesgo y contra aquellos que critican a nuestros empresarios.
Amigos, ahora es el momento de decidir qué queremos para nuestros hijos; elegir, entre educación libre y moderna adaptada al mundo que viene o hacerlo por una cargada de ideologías y adoctrinamientos. Es el momento de poner en valor a las personas, pero de verdad, de levantar la mirada y de creer que existe un proyecto de esperanza y cargado de ilusión.
En estas elecciones, votamos para eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones. Vamos a tener que elegir entre que los violadores y pederastas cumplan íntegramente las penas o dejar que salgan a la calle o viendo cómo serán reducidas sus condenas. Vamos a votar entre apoyar al emprendimiento o, por el contrario, que multitud de empresas cierren la persiana. Estamos a poco más de un mes de decidir qué país queremos. España nos necesita a todos y todos tenemos que estar a la altura.
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