Soy ‘Escort’ pero no de Ford

Ayer cantaron bingo al mediodía cuando nos enteramos por diversos medios de comunicación que una de ‘Les Gallines’ era escort, para el que no lo sepa, el significado es el de la ‘pilingui’ de toda la vida a la que tienes que pagar con Visa o MasterCard para que te haga una serie de manualidades o apañetes varios, incluidos bucales. El francés o el griego, son algo más allá que un simple idioma vecinal, pero como aquí me pueden leer no aptos, que cada uno saque sus propias conclusiones de esas palabras tan versátiles.

En mi artículo de hoy, me solidarizo con la del ‘Santuario’, esa gran amante de ‘les hierbes’ pero que luego come carne cruda de hombre en la intimidad previo pago. Ya sabéis amigues, les polles para comer, les hierbes para pastar. Toda una experiencia muy pero que muy erótico-festiva e incongruente para cualquier fanático o fanática del veganismo friki nivel plus.

Amigos, desde hoy yo también me ofreceré para que féminas exuberantes o poco agraciadas puedan contar con la posibilidad de catar estas carnes morenas que Dios y mi madre me han dado. Mi cuerpo es una autopista y el dinero es el peaje que hay que pagar para poder disfrutar de… muchas cosas. Soy como un kínder sorpresa y la mejor sorpresa la llevo dentro, luego el precio, a convenir y dependiendo de la clienta, claro está.

No soy guapo, pero sí resultón, mi guapura es relativa, aunque las artes amatorias las hago de sobresaliente y estoy dispuesto a hacer descuentos a casadas y a feministas que odian a hombres. Lógicamente no me vendo a hombres porque soy un producto nacional y como Torrente, todo un pecho lobo que atraería a una hembra como las de antes.

No descarto tampoco en mi futura carta de precios hacer descuentos especiales a grupos y mujeres de otros países o razas porque considero que hay que ser progresista y dar amor a todo tipo de mujeres, bueno no a todas, pero sí a casi todas. Disculpen a las ofendiditas pero el que pone el precio y el servicio manda y en este caso soy yo, todo un montañero de profundas barbas y con voz al más puro estilo Constantino Romero que cuando digo a una hembra ‘cariño’ hago que la fémina sienta temblores en sus caderas o caderones.

Como bien digo, soy resultón, pero molo mogollón. Así soy yo, un Gervasio semental dispuesto a experimentar dentro del mundo escort y sí, no me refiero por el Ford, ese automóvil de cuatro ruedas que nos llevaría donde sea. Si eres mujer y amante del BDSM no pongo pegas de ningún tipo porque hay que modernizarse y que me azoten con una fusta también puede ser toda una experiencia que me marque. La ‘Santuaria’ me ha dado la idea y yo estoy dispuesto a ejecutarla. Ya sabéis mujeres, soy Gervasio Sementale, quiero decir Cruziale.

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