Los dioses, en su crueldad y burla hacia los hombres repartieron la belleza al tuntún, sin igualdad, ni justicia social ninguna; también lo hicieron con la inteligencia, pero eso a nuestras feministas no les importa tanto, se creerán que de eso sí tienen… Eso no puede permitirse, la belleza será igual para todas o no será, y en eso andan ahora en mi ministerio favorito, que pagamos a precio de oro, en revolución permanente con la dura realidad, y si las guapas se empeñan en seguir existiendo, por culpa de los genes machirulos, habrá que esconderlas o mejor, acusarlas de ser herramientas al servicio del patriarcado opresor.
Según el Ministerio de Charos, «poner chicas extraordinariamente guapas en las series expone a unos cánones de belleza que desembocan en violencia contra las mujeres». De la violencia contra las mujeres tienen la culpa las guapas, vamos. La belleza tiene un enemigo mortal, y es la envidia, los que querrían para sí lo que no tienen, y en caso de no poder tenerla, que no la tenga nadie…como aquel pasaje del Rey Salomón piden que partan al bebé, mejor medio para cada uno aunque muera, que vivo aunque no sea para mí, pero la cruzada no es fácil porque el hombre ha buscado la belleza desde el principio de los tiempos, y de la misma manera que el cuerpo necesita comer, beber y descansar para estar bien y sano, el alma también tiene sus necesidades, y el alimento del alma es la belleza, no solo de pan vive el hombre.
Desde el principio de los tiempos la han estudiado matemáticos y la han diseccionado filósofos, la han buscado artistas y se han creado y destruido imperios por ella. La belleza no entiende de estudios sesudos, ni de justicia, ni de igualdad, ni de utilidad, cuando aparece eclipsa todo, porque detiene el tiempo, la razón y la lógica, es el placer absoluto de los sentidos y el hombre la necesita como el oxígeno para que el mundo oscuro donde vive merezca la pena, a no ser que también quieran privar del alma al hombre. Nos recordaba Unamuno en «del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos» que la diferencia entre el hombre y el animal es más en el ámbito de los sentimientos que en el de la razón.
El hombre es un animal de sentimientos, y de entre ellos, tiene una especial relevancia el sentimiento estético, la esfera de lo estético coincide con la de lo sensible, y con el placer o displacer que produce en la persona la contemplación de la belleza. La belleza no es de derechas ni de izquierdas, no pertenece a ninguna ideología ni está al servicio de una causa…la belleza es algo mucho más elevado que todo eso, es el refugio y el alimento del alma, una de las pocas cosas por las que merece la pena vivir, y una de las pocas cosas que diferencian al humano de las bestias, los dioses no son justos, y en ese reparto aleatorio de dones cada cual recibe unos y todos hacemos lo que podemos con lo que nos toca… aprended a superarlo, porque ser feo es una puñeta, es cierto, pero hay cosas mucho peores, como ser envidiosos o resentidos, y sinceramente, con estas cositas hacéis que no sepamos donde acaba vuestro feminismo y donde empieza vuestro rencor.
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