Las elecciones en Cataluña dan para muchos titulares. El primero que se me viene a la mente sin duda tiene que ver con la victoria de Illa. ¿Cómo puede ser que el exministro de Sanidad logre obtener tanta representación en estos comicios después de toda su mala gestión en la crisis del Coronavirus o tras negarse a hacer la PCR venturosa? Es algo que no me entra en la cabeza y que, a su vez, en ocasiones me hace pensar que somos una sociedad repleta de masocas y borregos, que nos va la marcha.
El segundo titular tiene que ver con la alta abstención que ha habido en estos sufragios. Este hecho es para preocuparse. Esta tipología del voto es una ruleta rusa y mucho más cuando hablamos de una comunidad como Cataluña en donde el independentismo está presente y lo estará por siempre. Muchos ‘indepes’ acuden a este tipo de actos llueva, truene o haya nieve por los alrededores y por ese motivo la palabra ‘pereza’ ante estos comicios debe morir para las próximas elecciones en donde haya abundancia de independentismo.
Y el tercer y último titular, como es lógico, se debe a la irrupción de VOX en el Parlament catalán. A pesar de las adversidades y del linchamiento de medios y partidos políticos, ahí están apuntando alto y con 11 escaños que saben a 52. ¿Cuáles son las consecuencias de contar con tal representación? La primera que se pueden permitir el lujo de mirar por encima del hombro al PP y a Cs ya que les ha comido la tostada. Y la segunda que, tras los resultados, ya están los podemitas lloriqueando, dedicándose a movilizar a los suyos para efectuar una nueva ‘alerta antifascista’ en forma de manifestación por la entrada de Vox al hemiciclo catalán. Lo dicho, todo esto es de traca, ¡qué mal perder tienen estos defensores de la tolerancia y de los ‘derechos’ humanos!
El pasado viernes, en el programa de Libres 2.0. manifesté públicamente que Vox sacaría entre 8 y 13 representantes. Lo dije con tanta contundencia que el presentador de este canal entre risas me dejaba caer que estaba siendo demasiado optimista. Pero no, no es cuestión de optimismo, sino de tirar de intuición, hemeroteca y de sentido común. La intuición se va desarrollando con el paso de los años, al igual que pasa con la experiencia dentro en una profesión. Mientras que la hemeroteca y el sentido común sirven para razonar más y ahora argumentaré el porqué de estas dos últimas.
Respecto a la hemeroteca, ya expliqué la semana pasada con el artículo titulado “Guerra ‘mediática’ catalana” sobre cómo los medios de comunicación se dedicaban a hacer de menos las agresiones que sufría Vox en plena jornada electoral. La gente tiene ojos y ese hecho lo ha podido comprobar más de un catalán mediante las redes sociales en donde se han viralizado todos estos lamentables acontecimientos. Estos contenidos lo que sobre todo demuestran es que, según a qué partido apoyes, podrás expresarte libremente o no.
Y en cuanto a lo relacionado con el ‘sentido común’, un votante liberal o conservador con dos dedos de frente y que no sea fanático, si ve que ‘los suyos’ se dedican a increpar a un partido con el que tienen muchas cosas en común y que es adversario y no enemigo en vez de hacerlo contra el enemigo que es el progresismo y el independentismo, lo que va a hacer es trasladar su voto y con razón a quien actúa de manera inteligente y más cuando ven que estos sufren mayor cantidad de agresiones en comparación a sus otros ‘compañeros’ de derechas.
Cuando la derecha liberal o conservadora se dedica a atacar a otro partido de la misma corriente ideológica aunque tenga discrepancias sobre temas puntuales que pudieran ser negociables, el resultado acaba siendo que sus votantes los marginan, convirtiéndose estos automáticamente en nuevos votantes de Vox. De ahí radica a mi entender el bajón de Cs y el fracaso absoluto del PP.
Como reflexión conclusiva apuntaré lo siguiente: estas elecciones catalanas por muchos ganadores que haya tenido, el top de los triunfadores nos guste o no está en el independentismo (de izquierdas y de derechas). Los que han quedado en segundo y tercer lugar defienden esa posición y a esto hay que recordar que la primera fuerza ganadora, el PSC, por mucho que en la teoría sean constitucionalistas, en la práctica hablamos de un partido que está dispuesto a complacer a estos con el fin de que Sánchez siga en la poltrona del Gobierno de España. Por eso manifiesto que, en cómputos generales, el resultado final, aunque me pese reconocerlo, es un fracaso absoluto para los intereses de los españoles.
Periodista bilbaíno a jornada completa, anteriormente locutor en Cadena SER Miranda y al mismo tiempo articulista en diversos medios digitales. Amante del gimnasio y la naturaleza a tiempo parcial.
“Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”
-Steve Jobs.
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