Queridos lectores, la Segunda División ‘B’ y la Tercera División entran en su fase decisiva con unos objetivos algo más difusos que en otros años. La Revolución planteada y aprobada por la Real Federación Española de Fútbol, ha llevado a los clubes a una competencia feroz por evitar caer hasta dos peldaños en el escalafón futbolístico español. Por lo tanto, es el momento de analizar las nuevas categorías y su futuro a corto y medio plazo, ya que el largo es una incógnita poco resoluble en el fútbol.
Empecemos por la nueva categoría, la Primera División RFEF. Se podría decir que es la mezcla perfecta entre el fútbol profesional y el amateur, ya que será una categoría que no depende de LaLiga de Javier Tebas, que es la patronal y encargada del fútbol profesional, sino que la gestiona directamente la RFEF de Luis Rubiales. Sin embargo, muchas de las estructuras e instalaciones de los Clubes que participen en ellas son profesionales, bien sea por los clubes filiales o por históricos que no atraviesan su mejor momento. Formada por 40 equipos divididos en dos grupos (seguramente Norte y Sur) nace con altas expectativas y con grandes posibilidades de asentarse y atraer patrocinadores importantes, ya que es muy probable ver un alto nivel de juego e intensidad. Si solo contamos estos aspectos, es un acierto garantizado.
Pero si analizamos el resto de las categorías inferiores a ella, la situación adquiere cierto riesgo. La Segunda División RFEF, que será la cuarta categoría, no tiene mucho misterio. A priori, igual que la Segunda B actual, dividida en 5 grupos, aunque se prevé que estos sean de 18 equipos, formando un total de 90 clubes. Es la réplica de la Segunda División B actual, pero con la creación de la categoría intermedia, pierde por completo su carácter semi-profesional para convertirse en una competición Amateur, por lo que la RFEF deberá redoblar esfuerzos comerciales, económicos e institucionales para que esta competición siga atrayendo al espectador medio. En este punto, encontrar una plataforma para retransmitir los partidos o mantener el apoyo de Footters, se convierte en Imprescindible.
Y luego, nos encontramos la Tercera División RFEF, la copia prácticamente exacta de la Tercera División actual. Los grupos serán los mismos, dieciocho en total, siendo uno por Comunidad Autónoma salvo Andalucía, que acapara dos grupos e incluye a Ceuta y Melilla, y lo único que cambiará será el número de equipos, que parece que se reduce a 18 por grupo. Esta categoría será un enlace sin más entre el fútbol Aficionado nacional y Territorial, por lo que aquí el esfuerzo debe ser conjunto entre la RFEF y las Federaciones Autonómicas para conseguir un atractivo para la categoría, que sufre una caída importante en el nivel de competencia.
Esta es la otra gran apuesta de la RFEF, una remodelación completa de nuestro fútbol que puede ser muy interesante si se consigue el punto más difícil: potenciar la Primera RFEF sin dejar abandonadas las dos categorías inferiores. Veremos el recorrido de esta medida, pero hay una cosa clara; si resulta acertada, es el primer paso para acercarnos al fútbol más profesionalizado del mundo, el fútbol británico.
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