Tribunal Supremo del populacho en Sálvame

El domingo vi lo del especial de Rocío Carrasco. Sí, ahí estaba yo, dispuesta a comentar la jugada con amigos vía hilo interminable de Facebook, Coca-Cola y palomitas mediante, no pensaba yo que este tema eclipsaría a la desaparición de 30.000 vacunas de nuestro sistema de salud, la caída durante 2 semanas del SEPE y el rescate de aerolíneas chavistas con nuestro dinero mientras no hay para pequeños empresarios y autónomos, pero esto es España y a veces se me olvida.

Y a ver cómo os lo cuento. A mí que alguien vaya a la TV, sea quien sea, a contar su vida, obra, milagros y vergüenzas, pues me parece bien si alguien lo compra, es su elección y se paga bien, nada que decir al respecto, bisnes es bisnes. Que Telecinco es una fosa séptica lo sabemos todos, es el lugar donde se encubren violaciones y se desprecia e insulta a mujeres a diario, pero el domingo y los días sucesivos han decidido sermonearnos cómo los garantes del Feminismo y el respeto a la mujer…te tienes que reír.

Allí se sentó Rociíto y entre lágrimas y rímel de lujo waterproff, nos contó sus miserias, previo cobro de 2 millones de euros, pactar el despido de su ex, y quitar las demandas a todo Telecinco. A mí si el uno o el otro tienen razón o no, pues me da igual, cada cual tendrá sus razones y motivos, y no me corresponde a mi juzgarlos, mi única misión ahí era entretenerme. Pero todo esto, que como show televisivo y momentazo para aplacar a la vieja del visillo que vive en todos nosotros estuvo bien, tuvo su vertiente política, porque en España, todo ya es político, y nuestra ministra «jo, tía» no quería perderse el foco mediático que le brindaba el prime time.

La misma ministra que hace unos meses prometía prohibir el llamado síndrome de alienación parental, porque decía que eso no existía, cuando miles de padres separados lo exponen a diario en los juzgados de toda España contra sus exesposas, por decir que ponen a sus hijos en su contra, el domingo milagrosamente volvió a existir, y nos decía que era evidente que ese padre, que era el que tenía esa custodia, había ejercido esa violencia aprovechándose de sus hijos contra su exmujer… vamos, que una madre es imposible que ponga a sus hijos contra su exmarido, pero al revés sí que existe. Cosas veredes.

Nos habló de que nuestra justicia es patriarcal, llena de hombres que no están dispuestos a hacer cumplir leyes distintas a hombres y a mujeres, ¿Cómo se atreven? Y eso que dice que es la ministra de Igualdad, pero quiere que las leyes, tribunales y varas de medir sean distintas entre hombres y mujeres. Todo coherencia, sin entrar a comentar ya que el 53% de los jueces en España son mujeres.

Allí, en el Tribunal Supremo del populacho de Sálvame, dictaron sentencia de culpabilidad contra el poder judicial por machirulo, contra Antonio David, y contra el que hubiera osado decir ni mu, sin haberse leído siquiera los sumarios, ni los procesos legales, ni un solo manual de derecho, no les hace falta, ellos son el bien, se lo notan, lo saben, lo irradian… y los demás malas personas que creen en la presunción de inocencia y un juicio justo donde corresponde, chorradas de extrema derecha, supongo.

A mí, si alguien me pregunta, le diré que cómo personajes, tanto uno como el otro me parecen unos vividores, cómo todos los que se sientan ahí a contar sus vidas a cambio de dinero. Pero de ahí a hacer perfiles psicológicos, forenses, psiquiátricos y dictar sentencias con esa soltura… pues oye, no, cada cosa en su sitio.

Las leyes, condenas y absoluciones en los tribunales, y la excrecencia en los platós de Telecinco. Qué importante es el orden en la vida y poner a cada uno en el cajón que le corresponde. Por cierto, la campaña de las elecciones en Madrid ya ha empezado, y para Podemos es esta, no se hagan líos, ¿si no de qué?

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