Impresiones a 4 de mayo

Hemos estado viviendo con intensidad los días previos a los comicios de la autonomía madrileña. Hay convencimiento y seguridad al respecto de Vox en cuanto a lo que se ve y se siente en las calles, de la atención que se nos presta, de la alegría con la que vienen y se acercan nuestros simpatizantes y votantes a cada mitin y a cada convocatoria donde acudimos. Es gratificante observar cómo crece el sentido común y cómo los que antes callaban, ahora, ya no. Nosotros avanzamos a partir de un equipo que trabaja y se esfuerza continuamente por desarrollar la labor para la cual hemos sido elegidos antes nosotros que ellos. Ellos, los progresistas de sofá, los que cada vez estiran más el cuello y las orejas cuando nos ven pasar de largo, adelantando y comiéndoles el terreno.

Durante esta campaña ha habido de todo. Todo tipo de violencia y artimañas para estigmatizar y separar del criterio de cualquiera a aquellos que les molestan a los supremacistas “progres” por su forma distinta de pensar, no vaya a ser que se vean reducidos sus sillones y recortados los poderes en los que tan confortables mecen sus vidas sin demasiadas preocupaciones. Perfecto el cuadro para que ahora llegue Vox preocupándose de verdad por los problemas reales de la gente… (Ironía, claro)

En toda esta mezcolanza de agresiones en mítines, calificativos despectivos continuos y victimismo entrenado frente al espejo han estado siempre juntos los mismos; el consenso progresista más vergonzoso que ha tenido España jamás. El saber a estas alturas, como se sabe ya, que dos escoltas de Iglesias jaleaban, acompañaban y agredían severamente a policías y a simpatizantes de Vox, hasta el punto de que fueron detenidos en el mitin de Vallecas, es algo más que repugnante. Como también lo es descubrir que Marlaska lo sabía y calló, sin condenar dichos actos han pasado varios partidos del rodillo progresista. Es muy grave este hecho, gravísimo, en realidad. ¿Pero para qué ha servido? Para verles mejor las caras. “Por sus obras los conoceréis” así afirmaba San Mateo en referencia a los falsos profetas. Si ahora, en el día de las elecciones, preguntamos a alguien por qué motivo del programa electoral ha pensado que era mejor votar izquierdas, ni lo va a saber. Lo que sí va a conocer son los hechos violentos en los que se han involucrado.

La política que desarrolla y lleva a cabo Vox en toda España está dirigida para labores mucho más importantes que el servilismo progresista con el globalismo y la agenda 2030. Ni la violencia de la que somos objeto ni las etiquetas cada vez más difamadoras van a poder detenernos en nuestro camino que va recto. El odio para los odiadores mientras que nosotros seguimos siempre adelante y sin miedo a nada ni a nadie. Cuando un votante de Vox ejerce su derecho al voto, sabe muy bien por qué lo hace, sin dudas, sin temores, sin lloriqueos falsos…

Hoy es un día grande para Madrid. Hoy los esfuerzos social-comunistas de distorsión de la realidad junto con todo lo anterior descrito durante este artículo, culminarán el día en un gran saco roto. Hoy Madrid abrirá un poquito más los ojos y le demostrará al progresismo que no le ha creído y que no quiere ser guiado por la senda del odio y la fragmentación. Hoy en Madrid va a estar Vox más presente que nunca. Un futuro esperanzador comienza.

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