De repente

La lógica y la razón ya no funcionan. Ya nada sirve en esta sociedad de autómatas dirigidos. Casi nadie piensa, prefieren que se lo den pensado ya de serie y así no hay que esforzarse. Creemos que somos dueños de nuestro tiempo, nuestras decisiones, nuestros gustos y aficiones, pero todo está previsto por la ingeniería social, es triste pero cierto. La manipulación social por parte de las élites que se dedican a pensarlo y preverlo absolutamente todo es impresionante.

Han logrado tal control sobre nuestra vida a base de horas de estudio del comportamiento humano, siendo éste la base para diseñar todo un marketing para llevar a las masas no pensantes al terreno que les interesa. En esta sociedad presurosa de segundos arañados al reloj, no hay espacio para pensar. Cuestionar las ideas preconcebidas adoptadas como “verdades verdaderas” no parece muy rentable, el tiempo es oro y llegamos tarde. Pero parémonos un momento en la tan querida y odiada vacuna. Utilicemos el razonamiento lógico.

El suero es un tratamiento experimental que intenta proteger frente a los síntomas graves del Covid19. No es una vacuna pues no lleva los virus atenuados en su composición y por ello no evita que los inoculados se contagien. La persona que se somete a este experimento lo hace libre y voluntariamente aceptando las posibles secuelas adversas. La epidemia pasó a llamarse pandemia en 2009 tras el cambio de definición por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el que sólo significa afectación global internacional, sin valoración sobre su gravedad.

Es decir, que cualquier patología, por ejemplo, el pie de atleta, puede ser una pandemia, aunque sólo requiera de tratamiento local si es una afección global internacional, aunque no sea grave. Con el cambio, se permiten también los mandatarios unas licencias, una Ley de Pandemias que nos deja a merced de los intereses de los gobernantes y que regirán la vida de los españoles social, laboral y educativa. Ellos te dirán si te puedes arruinar o debes trabajar, si puedes visitar a tus seres queridos o no, si puedes ir al centro educativo o debes quedarte en tu casa.  Aunque se trate de un pie de atleta. Ya sé que este ejemplo es muy leve, por eso lo he escogido, para que valoremos hasta qué punto han adquirido control.

Sigamos pues, ahora dicen que la pandemia son las personas sanas no vacunadas. Y están intentando aislarlos socialmente, en el ámbito laboral (comedores para no vacunados), creando división social para que no sean recibidos en las comidas familiares de la tradicional Navidad. Recapacitemos, el suero protege frente a los síntomas graves del Covid19, no impide que puedas contagiar y contagiarte, sólo atenúa los síntomas graves, así los hospitales no se saturan.  Aunque con el tiempo que llevamos con el coronavirus, ha dado tiempo a ampliar las infraestructuras hospitalarias y pocas inversiones veo si tan grave es el riesgo. No estamos preparados si estamos en peligro.

Los “no inoculados” también pueden contagiar y contagiarse. En eso son iguales. La diferencia está en que un “no inoculado” en el momento en que enferma se da cuenta y se aísla para no contagiar (si no es asintomático) y su sistema inmunitario se activa generando los anticuerpos específicos para la patología. Los primeros se creen en el superpoder de la jeringa y están cayendo como moscas, principalmente, de repente. Sólo hay que leer las noticias diarias.

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