Cuando era pequeña mis padres me llevaban el Jueves Santo a los Oficios; yo lo odiaba, pasaba calor, los calcetines de hilo me picaban y el señor cura echaba un sermón que no tenía fin, cada vez que tenemos a Sánchez en sus homilías televisivas semanales, me retrotraigo a ese momento. Cualquiera diría que tiene complejo de cura, aunque el cura al menos si se creía lo que decía, y Sánchez no.
Se justifica, se exculpa, se auto halaga, se quiere, vamos. Sánchez tiene casi todo bajo control: medios de comunicación subsidiados, Congreso bajo Estado de alarma y próximamente la judicatura; nadie le molesta demasiado, salvo 52 diputados de vox y una chica que nadie sabía quién era hasta hace 4 días, pero que a día de hoy se ha convertido en un grano gordo en su trasero de Adonis postmoderno, Ayuso.
Casado, el jefe de Ayuso, está medio domado; y digo medio para no ser cruel en exceso, pero Ayuso ha salido revoltosa y no le da tregua a Sánchez, no hay semana que ella no le dé un estocazo dejando al descubierto sus vergüenzas «progresistas».
¿Qué en los demás sitios cierran negocios?, ella dice que no y los negocios siguen abiertos. ¿Qué los demás no hacen pruebas?, ella los hace a miles y en las farmacias. ¿Qué los números de contagios no paran de subir?, en Madrid son los que menos contagios por mil habitantes tienen en la península. ¿Qué los demás hacen conciertos para perros y exposiciones de bragas?, ella hace un hospital público en 100 dias. ¿Qué los números de parados no dejan de crecer?, en Madrid se crea un 30% del trabajo de toda España.
El ridículo al que semana tras semana Ayuso somete al presidente es tal, y los números de Madrid tan buenos en comparación al resto, que parapetado tras ERC, Sánchez ha decidido que, esto no puede ser y que eso de que Madrid prospere y le dejé en ridículo se tiene que acabar, exigiendo ahora «unificación fiscal», los que al mismo tiempo quieren una «España plurinacional», que tiene miga el asunto; porque si han decidido destrozar económicamente a España, Madrid no se va a salvar. Madrid hace 30 años que no quiere socialismo, elección tras elección así se refleja en las urnas, pero Sánchez se pasa eso por sus pelendengues resilientes y progresistas y grita eso de «socialismo o muerte».
Cataluña parece haber olvidado que hasta hace dos días era la provincia más próspera de España, la más cosmopolita y la más solvente, pero decidieron apostar al número equivocado con políticos y políticas chifladas, y acabaron con ella, y en vez de retroceder sobre sus errores y corregirlos, han decidido que Madrid también tiene que acompañarlos al precipicio, ¿existe la sororidad entre provincias? De existir, seguro que lo denominarían así. Nada que ver con la envidia de toda la vida, porque la envidia suena a facha y ellos son todos progresistas, y ya te digo si progresan… hacia el abismo con paso firme.
Viendo lo bien que embiste la nueva «Dama de Hierro» madrileña, me da a mí que no se lo va a poner fácil al Gobierno; no es cobarde, ni le tiembla el pulso por lo que digan los Medios, que yo ya les llamo «cuartos», porque a Medios no llegan, que bochorno dan, pero eso es otra historia.
En fin, que al final van a tener razón los que decían que el futuro será de las mujeres o no será…en Madrid desde luego se cumplirá, porque entre unos y otros han decidido que Ayuso se quede en la presidencia de la Comunidad de Madrid hasta que se aburra, y ellos solos le han hecho el trabajo.
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