Cataluña, la Alabama española

El pasado domingo 18 de septiembre marcó un antes y un después en las libertades individuales de los ciudadanos de este país llamado España. Una manifestación convocada por la plataforma “Escuela de Todos” y que ha reivindicado algo tan sencillo como que el gobierno autonómico de Cataluña cumpla la Ley en lo referente al uso en las aulas del idioma oficial de todo el país, también de Cataluña, como es el español. Se da la particularidad de que la región catalana es el único lugar del mundo donde se persigue por los propios poderes públicos a aquellas personas que quieren hacer uso de su derecho constitucional a usar el español.

La comunidad autónoma catalana es una anormalidad. El gobierno catalán se aferra a la violencia social y la alienta para coaccionar y amedrentar a aquellos ciudadanos que simplemente quieren vivir su vida en paz y libertad. Y no es que el problema lingüístico se circunscriba exclusivamente al ámbito educativo. Más bien es ahí donde los políticos catalanes han establecido su feudo para inocular mantras segregacionistas a unas mentes moldeables, como son la de los estudiantes más jóvenes. Repíteles desde los 3 años hasta que lleguen a la universidad que tienen más derechos que sus vecinos por haber nacido en Cataluña y no sólo lo terminarán creyendo, sino que enfocarán su vida en defender esas consignas xenófobas propias del milenio pasado. Y realmente es efectivo, Jordi Pujol i Soley así lo comprobó en primera persona en su etapa de estudiante en un centro del tercer Reich y solo tuvo que importar esos métodos goebbelianos.

La irresponsabilidad de los políticos catalanes ha llevado a esta región española a una tensa convivencia entre iguales donde quien habla en español es mirado con estupor, como en 1955 se miró con estupor a Rosa Parks por atreverse a ocupar un asiento del transporte público reservado para blancos. En pleno siglo XXI se insulta, se amenaza y se persigue a un señor en Canet que defiende el derecho constitucional de su hijo a estudiar en español, de la misma forma que en el año 1963 se coaccionaba a Vivian Malone Jones por atreverse a matricularse en la Universidad de Alabama siendo negra.

De la misma forma que Jim Crown consiguió esquivar la Constitución Estadounidense para aprobar sus leyes segregacionistas, desde Jordi Pujol el parlamento de la región catalana sigue aprobando leyes anticonstitucionales dirigidas a atentar contra la igualdad de los ciudadanos. Y para ello se destinan todos los recursos económicos que sean necesarios. Una grotesca injusticia como la de cobrar a la familia del ajusticiado la bala que ha puesto fin a la vida del reo. Para que progresen leyes y conductas segregacionistas deben darse varios factores; una clase política corrupta; una sociedad con una minoría predispuesta a la violencia; un sistema judicial cobarde que mire hacia otro lado o, lo que es lo mismo, cómplice. Y por último, que no menos importante, una mayoría social testigo de la injusticia y que prefiera mirar hacia otro lado puesto que «no es su problema«.

Y en esta situación, resulta destacable la actuación infame del candidato del Partido Popular a la presidencia de España, Don Alberto Nuñez Feijoó.  A quienes hemos seguido su trayectoria en Galicia no nos sorprende en absoluto su “espantá” de la manifestación del domingo. Solo ha habido que seguir su trayectoria en tierras gallegas digna del mejor de los pupilos de Jordi Pujol. Persecución del español en las instituciones, en el ámbito privado, en la educación… a nivel lingüístico, Feijoó no es mejor que Pujol o Arzalluz y a nivel político no es más que un rejuvenecido Rajoy vestido de Massimo Dutti. El Partido Popular no estará posicionado frente a las políticas xenófobas que se desarrollan en este país, a no ser que le sea rentable electoralmente.

En un mundo que se expande, el nacionalismo está destinado al fracaso y su derrota no vendrá de la mano de personajes como Feijoó, vendrá de la mano de la de la sociedad civil y de héroes anónimos como en su día lo fueron Rosa Parks, Malcom X, Tommy Smith y John Carlos, Thurgood Marshal…. La Libertad de los españoles llegará de la mano de héroes anónimos como Gloria Lago, Dolores Agenjo o Javier Pulido. La sociedad catalana que con su silencio resulta cómplice de la injusticia que viven sus compatriotas, deberá soportar como una losa sobre sus hombros el juicio de la historia. España habrá tenido su propia Alabama.

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