La gratuidad de lo público

Una mentira, muchas veces repetida, termina pareciendo una verdad, pero no lo es. La gratuidad de lo público es una de las mayores falacias, como si un Estado recogiera dinero de los árboles cada mañana y lo destinara a pagar cosas. Nos bombardean continuamente; sanidad y educación gratuitas, libros gratis, billetes de tren, conciertos y así un sinfín de cosas que te venden como si el gobierno de turno fuera Papá Noel. Y la masa que ve la tele, cuya capacidad de pensar está ya casi mermada, aplaude entusiasmada como niño ante un paquete de chuches.

¿Pero qué pasa si hay un grupo de niños a los que no les gustan los regalitos? Pues que son peligrosos porque te desmontan el discurso en tres segundos, cuando te dicen que de gratis nada, que eso lo pagamos todos a través de impuestos la mayoría un robo a mano armada. Evidentemente, no es fácil introducir un rayito de luz en una mente acostumbrada a la oscuridad, pero la historia nos demuestra que se puede, es cuestión de perseverancia e insistencia.

En España, los medios de comunicación, cómplices totales de la dictadura que padecemos, han puesto la directa para que aceptemos al Estado de Bienestar como la madre de todas las panaceas, aunque nos miremos al espejo y vaya por Dios, estamos desnudos. No nos queda más remedio, que escuchar el mantra de nuevo, “es gratis “nuestro corazón salta de gozo y salimos a la calle sin nada en busca del Maná, conscientes de que estamos asistiendo a la mayor de las generosidades, migajas a cambio de nuestra libertad. El ser humano es gregario y al ver que todos están desnudos como tú, te tranquilizas, mal de muchos… consuelo de tontos.

Hemos vivido una película de la que sólo somos actores secundarios, ni intervenimos en el guion ni mucho menos en la dirección, pero nos dan un bocadillo de mortadela al terminar el día, que podemos comernos junto a millones de malos actores como nosotros. Todo en orden en un mundo hostil, en el que nos hemos despertado, pero la pesadilla sigue. Nos engatusan con pequeñas recompensas que te venden como el deseo del gobierno de turno de hacerte la vida más fácil, mentiras que de tanto repetir se han incrustado en algunos cerebros y ahí se quedarán. Nada es gratis en este mundo, ni siquiera el Amor que también exige alguna compensación a cambio.

Nuestro dinero, el cual nos quitan impunemente, no va destinado a hacernos la vida más agradable, ojalá, sino que sirve para comprar voluntades con las que perpetuarse en el poder, acabamos de verlo en Andalucía, pero podría ser cualquier ser en cualquier comunidad. Así las cosas, la única solución es mover conciencias, golpear a esta gentuza donde más le duela, su ego, dejar al político rastrero al descubierto y exigir responsabilidades. Que pague con cárcel y que devuelva lo robado.

Cada individuo despierto, debería ponerse como deberes, despertar a su entorno. Lo sé no es tarea fácil y caemos en el desánimo, incluso nos peleamos entre nosotros fruto del cansancio. No caigamos en ese juego, sólo la idea de que el individuo no puede estar sometido a los poderes fácticos debería bastarnos para emprender nuestra Cruzada personal. Igual somos la prueba viviente de la desobediencia más contumaz, no lo sé, se nos ha dado un papel y por mucho que queramos ésa es nuestra misión. Así que, a la faena, quizás para mañana no haya mundo que salvar, ni gratis ni pagando.

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*