Hoy es una fecha muy especial, 12 de octubre, o lo que es lo mismo, el día de la Hispanidad. En esta festividad celebramos con orgullo la llegada de la expedición española sufragada por los Reyes Católicos y liderada por el navegante Cristóbal Colón. El descubrimiento de un nuevo mundo, nuestro pasado de gloria.
Creo firmemente que constituye una buena jornada para reflexionar acerca de nuestro pasado, los maravillosos siglos de historia que nos preceden y la forma de encarar un futuro no muy próximo. Porque nunca nos lo hemos creído. ¿Y a qué me refiero? Sencillamente, tenemos un pasado con una riqueza cultural y simbólica de gran calibre, como la romanización, la llegada de los españoles a América, la toma de Granada y la posterior expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica. Fueron momentos en los que fuimos dueños de medio mundo, cuando España fue solo una Isla y se consiguió adoptar la primera Constitución de nuestra historia, o tras una guerra civil y una dictadura represiva donde políticos de los que ya no quedan, dejaron a un lado sus diferencias y pusieron a España en el centro iniciándose así, la Transición a la democracia.
Siempre he pensado que la leyenda negra que otros países han interpuesto con éxito a nuestra nación es por pura envidia. A lo largo de nuestro pasado, hemos cometido muchos errores de los que antaño no se tenía conciencia como el respeto más elemental a los derechos humanos. Por esta razón, no tenemos que pedir disculpas ante nada ni ante nadie, ni con el presidente mexicano ni con el Papa Francisco. Hacer un viaje al pasado a través de libros es una buena forma de empezar a desmontar antiguos mitos y leyendas de nuestra cabeza y comenzar a pensar, que todo lo que actualmente somos es por todo lo que durante siglos, fuimos. Admito que este día también me apena.
Tenemos un Gobierno de la nación y diferentes gobiernos autonómicos que en vez de potenciar el sentimiento de unión entre los españoles, nos intentan dividir de una forma vil. Propugnan el odio y el sectarismo allá por donde pasan. Desde pactar con todos aquellos que pretenden hacer caer la democracia en nuestro país, adoctrinar a los niños con los diferentes modelos educativos existentes o despilfarrando el dinero público, lo que tanto les cuesta conseguir a los ciudadanos, se nos está quedando un panorama desolador.
Este Gobierno de la nación y sus extraños compañeros de cama, nos hacen cada vez la vida más difícil. El inquilino de la Moncloa pasa tanto tiempo volando en el Falcon y con su colección de corbatas que ya no consigue observar con claridad los problemas reales de los españoles. Porque este Partido Socialista no es un partido constitucionalista. A las pruebas me remito con rotundidad. Prefieren quedarse en puestos de poder antes que asumir las realidades existentes.
El mejor ejemplo de estos hechos, fue cuando la líder de los socialistas vascos se sentó a cenar en la Nochebuena de dos mil diecinueve con Arnaldo Otegui. ¿Acaso se creen que los españoles somos tontos? ¿Ven lógico pasar una de las noches más especiales del año con alguien que impulsó el asesinato selectivo por puros intereses políticos? Han perdido las batallas, no tienen argumentos que sustenten las evidencias. Porque estimados votantes socialistas, éste ya no es el partido que defiende sus ideas sino el que se agarra con fuerza a sus sillones y sueldos públicos.
Cuando Pedro Sánchez acuda al desfile de las fuerzas armadas en Madrid en compañía de la vicepresidenta cuquiflowers y los ministros comunistas, los españoles sentiremos un rencor terrible. Pero nos reconforta el pensamiento de que una España mejor es posible y nos miraremos en el reflejo de todos aquellos que son con diferencia los más leales a nuestra patria, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Con lealtad y orgullo hacia la patria, la democracia, nuestras instituciones y el Jefe del Estado. Construyamos alternativas, caminemos por España para que así sea. ¿O acaso vamos a permitir que unos cuantos inútiles nos arrebaten de todo aquello que tanto costó conseguir?
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