La España que queremos

Este pasado miércoles fue uno de esos días que no olvidaré, lamentablemente, como ya tantos otros, porque nos levantamos con la infame noticia que me desmoralizó e indignó por partes iguales: Sánchez había negociado con Bildu la expulsión de la Guardia Civil de Navarra, a cambio de aprobar sus presupuestos. Yo sinceramente ya no sé qué debe pasar en este país para que tomemos conciencia de en manos de qué tipo de personas estamos. Los presupuestos no se pueden pactar a cualquier precio y solo para mantenerse en el poder y contentar a unos pocos. Además, los independentistas no se van a contentar jamás.

La izquierda siempre se apresura en decir que ETA no existe porque ha dejado de asesinar, en concreto el ministro Marlaska lo dice abiertamente, pero mal que nos pese, ETA no habrá acabado mientras no se hayan implicado directamente en colaborar con la resolución de los aún más de trescientos casos sin resolver, y su brazo político BILDU no haya condenado el terrorismo etarra. Al menos estas serían las condiciones básicas que cualquier político decente debería imponer. Parece que en este país solo algunos tienen memoria para la guerra civil y solo para un bando.

El día transcurrió y estuve pendiente de que al menos el jefe de la oposición se pronunciara al respecto, pero, salvo error, no lo hizo. El que sí lo hizo como siempre, con un discurso contundente, excelente y además muy sentido fue Carlos García Adanero que una vez más demostró no estar vendido a ningún partido ni a ninguna ideología y ser un político decente y honesto fiel con la realidad y necesidades de su pueblo. En respuesta a este discurso, Felix Bolaños, ministro de la presidencia, le reprendió como siempre acostumbran, por utilizar a las víctimas y le llamó chaquetero por haber girado hacia la extrema derecha, respuesta comodín habitual en las filas de la izquierda.

Extrema derecha, es pues según él, defender a la Guardia Civil en el pueblo navarro donde se han dejado la vida (literalmente asesinados) por luchar contra los etarras. Extrema derecha debe ser exigir que no se pacte con Bildu. Extrema derecha será oponerse a que se sigan consintiendo los homenajes a etarras. Extrema derecha es denunciar el acercamiento de los presos más sanguinarios a cárceles vascas. Extrema derecha debe ser indignarse con la delegación de las competencias de prisiones al País Vasco, donde sabemos que muy en breve empezarán a conceder beneficios y excarcelaciones a todos estos asesinos. Extrema derecha es denunciar como execrable colar a Bildu en las comisiones de estado del CNI. Extrema derecha es oponerse a que se modifique el delito de sedición o el de malversación. Extrema derecha es horrorizarse por ver indultados a todos estos golpistas. Y tantas y tantas cosas son para ellos la extrema derecha que, visto así, va a resultar que ser de extrema derecha es lo decente. Luego que se cuestionen el porqué del auge de Vox.

Si la triste noticia sobre la Guardia Civil me había llenado el miércoles de indignación, más aún cuando veo en redes la publicación del día de Feijó, una historia sobre los siete goles de la selección. Este es el nivel, señores. ¿Esto es lo que podemos esperar de la oposición? Me parece muy divertido que la selección española gane a Costa Rica por goleada, pero ¿de verdad es todo lo que tiene que publicar en sus redes un día como el de ayer el principal líder de la oposición que aspira a ser presidente de España? Apañados estamos.

Sánchez y Bolaños recurren últimamente mucho a una pregunta que les debe parecer ingeniosa y que lanzan con chulería y superioridad moral y es: ¿qué España prefieren, la España del 2017 con un referéndum ilegal y las calles incendiadas en Cataluña o la España de ahora? Pues yo les respondo caballeros, yo prefiero la España de antes de Zapatero, en la que vivíamos dentro de una concordia natural entre españoles gracias a una transición ejemplar que hicieron nuestros mayores hace más de cuarenta años y mantuvieron y respetaron los siguientes gobiernos. 

Los hombres y las mujeres nos mirábamos como iguales, no como asesinos frente a víctimas. Se tenía una paz y una prosperidad muy lejanas a las de hoy en día. Éramos un país considerado de los más demócratas del mundo, hoy hemos sido apartados del honroso grupo de las democracias plenas mundiales. Tenemos un ministerio que lejos de defender a TODAS las mujeres, solo defiende a las que comparten ideología y nos insultan a las demás y nos llaman fascistas a las que denunciamos que gracias a su incompetencia evidente la modificación de las leyes han rebajado las penas a los violadores y muchos estén siendo excarcelados, poniéndonos en riesgo real de ser atacadas. 

Yo también me pregunto qué España se esperaban los que depositaron su confianza en Sánchez cuando le votaron pensando en sus promesas. Declaró que no podría dormir pensando en Pablo Iglesias en el gobierno o que la gobernabilidad del país no podía depender de partidos independentistas o cuando consideró públicamente que lo de Cataluña fue un delito de rebelión (¡los ha indultado!) Ni qué decir cuando todas las decisiones que tomó durante la pandemia venían recomendadas por un comité de expertos que luego reconoció nunca existió. Yo me sentiría profundamente traicionada.

Podríamos hacer una lista aún más desagradable, pero yo creo que con estos datos ya podemos tomar perspectiva y ver que, la España de hoy, de la que el presidente saca pecho, es una España que jamás hubiéramos deseado tener la gran mayoría de los españoles de bien y que si no hay un giro importante y urgente el futuro que nos espera es simplemente desolador.

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

3 Comments

  1. Es incomprensible. Sacan a la calle a violadores gracias a la incompetencia de la ministra y de todos los que votaron a favor de la ley del sí es sí y un clamor en los medios apoyándola porque se le dijo a la cara que era una enchufada incompetente. Así que sí, mientras siga habiendo gente que prefieren el suicidio a la solución poco se puede esperar.

  2. Me preocupa muchísimo la ideología única que la izquierda ha instaurado a nivel global. Actualmente en Brasil hay propuestas muy masivas por que según parece las elecciones han sido clarisimamente apañados. Paso lo mismo en Estados Unidos. En España tenemos lo.que tenemos. Me parece que esto va a continuar y va a ir a más. Mi único consuelo es que la agenda 2030 no va a ser posible por que la ruina llegará mucho antes, salvo que esto también lo tengan planeado. Hace falta un poco de cultura, es fundamental leer a Engels para conocer la verdadera y única intención y razón de ser de la izquierda. El mundo se va a la mierda y dudo mucho que pueda frenarse

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*