La cultura del mínimo esfuerzo

Las nuevas religiones modernas ya no son dogmas de fe, ni tratan de dar sentido a la vida de los feligreses, ni consuelo, ni redención. Más bien, tratan de culpabilizar y estigmatizar a todo aquel que se desvíe del camino dictado por los hilos de la ingeniería social. Más aún, se condena a la muerte social civil y al más estricto apartheid de cualquier individuo que tenga la osadía de no comulgar con los preceptos soberanos del ecologismo, del veganismo, de la diversidad sexual, del feminismo…

Somos esclavos de las ideas de los demás, que nos imponen el pensamiento único de la multitud. Nadie puede escapar a sus mandatos o será señalado por ellos, los modernos que ni trabajan ni estudian, ni creen en la superación personal y el desarrollo del individuo, que bajan las exigencias para que todos seamos iguales, no habrá motivación para las generaciones venideras. Mejor dicho, ya no hay motivación alguna para nada. Si se pasa de curso aunque se suspenda ¿qué aliciente les damos a nuestros estudiantes? Si ya no existen los suspensos, vamos que no pasa nada si no estudian, sacan la capacitación igual que los demás, para no señalarles.

¿Y si no trabajas? No te preocupes, siempre tienes el ingreso mínimo vital que te garantiza un dinero mensual a costa de los esfuerzos y penurias de los demás. ¿Y si no tengo casa? Tranquilo, siempre tendrás derecho a una vivienda digna, pero si eso tarda en llegar siempre se tiene la opción de ocupar la vivienda de otra persona. Suena mal, pero ese es un caso extremo, ya que siempre se puede ocupar la segunda vivienda de alguien y de paso redistribuir las riquezas. Que eso de tener más de una casa es una injusticia que no se puede consentir, aunque el dueño haya pagado sus propiedades con el sudor de su frente o sean fruto de generaciones de trabajo y esfuerzo, es totalmente inadmisible.

¿Y si no puedo pagar los suministros? Da lo mismo, siempre se puede hacer cargo tu anfitrión, aunque sean unos gastos desorbitados, no hay que sufrir. El anfitrión no puede dejar de pagarlos por Ley, así que disfruta de la estancia con gastos pagados. ¿Y si no puedo comprar comida? Es lo mismo, hay entidades que te la dan sin pagar, todo el mundo tiene derecho a no pasar hambre. Para todas las necesidades y gustos, no hay problema. Lo mismo sucede con la ropa y calzado. ¿Y si tenemos hijos, cómo los podemos mantener? Ningún problema, para eso existe un completo programa de subvenciones y ventajas que te van a mantener los gastos de los pequeños y además te bonifican por cada vástago que traigas al mundo.

Estamos creando una sociedad de inútiles que ni tan siquiera se esfuerza en tener criterio propio, en la que, sin trabajar, casi se vive mejor que los que trabajan, se tiene tiempo libre para no hacer nada, mientras los que se resisten  a doblegarse y ser del colectivo masificado del pensamiento único, son los que generan riqueza, ingresos y mantienen el sistema son penalizados por querer prosperar.  Así es como nos quiere la izquierda globalista; sumisos, callados, subvencionados, sin capacidad para prosperar (y sin motivación para ello), mantenidos y maniatados por el sistema de reparto de la riqueza que, como Robin Hood, se lo roba a los que lo ganan legítimamente para regar al pueblo y que opinen favorablemente de un Gobierno que les mantiene por el simple hecho de existir. Lo que no saben es que eso les anula como personas.

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2 Comments

    • Efectivamente Susana! Vamos encaminados hacia una sociedad mantenida por el Gobierno protector y controlador.

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