Cada día vemos más casos y situaciones que están provocando en España el crecimiento de la inseguridad en nuestras calles y barrios. Son muchas las mujeres que se ven desprotegidas ante las nuevas políticas de fronteras abiertas que dejan pasar sin control alguno a miles de inmigrantes ilegales.
Los datos del Ministerio del Interior son claros en su último informe sobre delitos contra la libertad sexual. Entre 2016 y 2022 han crecido un 75%, y las agresiones por penetración se han incrementado en un 138% entre las mismas fechas. Hasta el 36% de los detenidos por estos delitos son inmigrantes; por lo tanto, un 13,4% que es el porcentaje de extranjeros residentes en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), cometen el 50% de los casos de violencia contra la mujer en lo que llevamos de este año.
Según los datos del Consejo de la Unión Europea hasta mayo de 2024, hay 27.770 llegadas irregulares. En enero de este mismo año, el número de inmigrantes irregulares que residen sin nacionalidad española es de 6.5 millones de personas. Debemos luchar por fortalecer nuestras fronteras, exigir la persecución de las mafias encargadas del tráfico de seres humanos. De ahí la importancia de estas elecciones europeas del 9 de junio, dado que, hasta ahora Bruselas, en colaboración con algunos partidos políticos, lo único que ha provocado es un efecto llamada que ocasiona la inseguridad que vemos de forma más recurrente.
La Agencia Europea de la Guardia de Frontera y Costas debería tener una mayor implicación en la protección de la frontera Sur de Europa. Es el apoyo a los países de la UE y de Schengen en la gestión de las fronteras exteriores y la lucha contra la delincuencia transfronteriza. Y no es cuestión de racismo, es de sentido común. Todo aquel que venga llamando a la puerta de forma legal, cumpliendo las leyes, trabajando, integrándose con nuestras costumbres y no imponiendo las suyas, es bienvenido. Pero aquellos que lo hacen de manera ilegal deben ser expulsados. Incluso Portugal ya ha endurecido las reglas de entrada de inmigrantes en el país. Esto no es solo un problema en España, sino en el conjunto de la Unión Europea, movidos en muchos casos por la globalista Agenda 2030. No podemos vivir con aquellos que no quieren hacerlo con los europeos.
Esto es una cuestión que nos afecta a todos, al igual que muchas otras, y se dirime en el Parlamento Europeo. Por ello, el 9 de junio hay que ir a votar, ya que 61 diputados nos representarán en Europa para poder mejorar la vida de los españoles. “Es nuestro derecho, es nuestro poder”.
Es muy cierto