Años de feminismo tirados a la basura cuando ves que llega a la meta una “mujer” que, biológicamente, tiene un cuerpo masculino. Es ahí cuando contemplas la rabia y desesperación en la cara de las mujeres que llevan años entrenando duramente y que, sencillamente, no lo comprenden ni comprenderán nunca. Salvo en raras excepciones, el cuerpo del hombre posee más fuerza que el de una mujer. Por eso, los bomberos son en mayoría hombres -insisto, hay mujeres fuertes- y en profesiones que requieren de fuerza bruta volvemos a encontrarnos con mayoría masculina.
Otra cosa es que, en un mundo totalmente estúpido, nos estén vendiendo que un señor con falda es una señora porque así se siente más feliz. Y es que la sociedad, que cada día es más pusilánime, se lo traga sin rechistar. Da igual que sea el deporte o un concurso de mises, los pelos de la barba y los testículos abundan.
Particularmente, considero que esto acabará cuando las verdaderas mujeres decidan no competir con hombres. Que ellos naden solos, que corran solos, porque, después de todo, son deportistas fracasados que en su categoría no han gabado absolutamente nada. O nos ponemos serios contra la ideología que pretenden imponernos o viviremos viendo cada vez más aberraciones difíciles de asumir.
123 mujeres y 23 hombres perdieron la vida encerrados en una fábrica porque querían mejoras laborales, por su sacrificio y en su memoria, las mujeres normales deberíamos unirnos para que no nos den gato por libre. Cada uno puede sentirse lo que quiera, pero su cuerpo seguirá teniendo el sexo con el que nació, así de contundente es la biología. Conmigo que no cuenten para admitir aquello que no es, aún me queda sentido común.
Pues ten cuidado no te denuncien