
En los últimos tres años, la inteligencia artificial (IA) ha empezado a revolucionar el mundo en todos los ámbitos de la vida. Ya sea en el mundo laboral, estudiantil, doméstico… las nuevas generaciones tienden a utilizar más ChatGPT que Wikipedia o ‘El Rincón del Vago’ a la hora de realizar sus trabajos en institutos o universidades. No obstante, en el artículo de hoy, tengo pensado hablaros de ello en relación con el mundo del cine.
Al principio, en el séptimo arte, la IA fue muy discutida, especialmente a la hora de hacer doblaje. En la actualidad, los actores británicos y estadounidenses, quienes suelen participar en las grandes superproducciones, la consideran un rival que repercute negativamente en sus intereses, ya que con una simple herramienta llamada Inteligencia Artificial se pueden modificar sus voces para hablar en español o cualquier otro idioma que facilite la comprensión de quienes observan esos mismos largometrajes. ¿Realmente la IA beneficia o perjudica a los actores de doblaje? Este debate lo dejo a los expertos. Aunque, bajo mi punto de vista, no creo que puedan sustituir la naturalidad que otorga un buen doblaje.
Recientemente, Álvaro Wasabi, crítico y profesional de cine, subió en sus redes sociales un video haciendo una crítica sarcástica contra la Inteligencia Artificial y el famoso clickbait que tanto confunde a los lectores, haciendo alusión a que herramientas de esta índole logran generar noticias falsas sobre estrenos de películas, como es el caso del estreno de Matrix 5, Gladiator 3 o una supuesta nueva película de Harry Potter. Algo que considero incorrecto, motivo por el cual le doy al crítico y profesional de cine toda la razón, porque sí, con el paso del tiempo, llegará un punto en el que la gente no sabrá qué es verdad y qué no.
En definitiva, considero que la IA puede hacer grandes cosas que sirvan para facilitar nuestro día a día, pero también puede repercutir negativamente en diferentes profesiones. Desde luego, en la asociada al mundo del doblaje o en la de anunciar una nueva película existente, puede convertirse en una bomba atómica que juegue con las ilusiones de los aficionados al cine. Eso sí, también considero que la sociedad no debe ser drástica con la eliminación total de esta herramienta, aunque no veo con malos ojos que exista una legislación que ayude a que se utilice de manera adecuada y que todas las partes salgan beneficiadas.

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