¡Dejen a Su Majestad Don Juan Carlos en paz!

Estas semanas están apareciendo en los medios de comunicación diferentes informaciones respecto al Rey emérito Don Juan Carlos de Borbón. Todo esto parece estar orquestado para hundir la imagen de uno de los símbolos más importantes que tenemos en la historia de España.

Es verdad que nuestro Rey no ha hecho todas las cosas bien, empezando por no declarar un dinero que debería haber declarado, pero la prensa lo pone como si hubiese robado al más puro estilo ERE y nada que ver con la realidad.

En el primero, apelas a la picaresca para no pagar una cuantía económica, en el segundo, directamente robas un dinero que no es tuyo o que más bien es de todos. Aunque ambas cosas no estén bien, hay que saber distinguir lo uno de lo otro, algo que a muchos no les entra en la mollera.

¿Qué no ha declarado un dinero y se le ha pillado con las manos en la masa? Que lo pague con su respectiva multa, igual que haría el español de a pie, pero eso de tratarle como a un ladrón, además de parecerme desproporcionado, lo veo un insulto a la verdad y al buen periodismo.

Respecto a la vida íntima que ha tenido Don Juan Carlos con Corinna Larsen u otras amigas entrañables, he de decir que me da absolutamente igual y, de hecho, respecto a este tema planteo la siguiente cuestión: ¿Cuántos políticos han tenido y tienen queridas y no salen a la palestra en los medios de comunicación?

Parece ser que hay una serie de intereses de por medio que pretenden hundir la imagen de D. Juan Carlos I y, cómo no, los que se dedican a acribillar su nombre son siempre de un mismo perfil: comunistas, bilduetarras, republicanos… Muchos de estos son niñatos que no han cogido un libro en su vida y que ni tan siquiera se han informado para saber todas las grandezas que ha tenido el padre de nuestro actual Rey Felipe VI.

En las televisiones siempre nos han puesto las vacaciones de D. Juan Carlos I participando en regatas y haciendo “cosas de ricos”, pero lo que no han sacado o no han dado importancia es la gran cantidad de veces que ha sido un gran embajador de nuestro país por todo el mundo.

El emérito es una persona querida por muchísima gente importante y son muy pocas las personalidades que le critican. No hay que olvidar el famoso “¿Por qué no te callas?” contra el tirano dictador Hugo Chávez. A esto hay que sumarle que tampoco se cita en prensa la cantidad de veces que Don Juan Carlos ha acudido como intermediario para que las empresas españolas salgan victoriosas o para que otros países depositen su confianza en el nuestro a la hora de traer sus empresas.

Podría decir unas cuantas cosas más que corroborarían cada uno de mis argumentos respecto a él, pero me extendería demasiado. Además, no hay que olvidar que fue uno de los impulsores de que vivamos en un estado democrático. Esto, para mí desde luego, es lo más importante de todo.

Considero que “Juanito”, el hombre campechano que muchos españoles admiramos por su cercanía, se ha ganado su sueldo más que la inmensa mayoría de los políticos que tenemos en nuestro país, ya sean de izquierdas o de derechas. Por esa razón, creo que merece un respeto y todo aquel que no sienta admiración por él, que por lo menos no manche su nombre en vano, porque seguro que más de uno de sus detractores no ha hecho ni una milésima parte de lo que ha hecho S.M..

Prensa carroñera, dejad a D. Juan Carlos I en paz y, en vez de poner al Monarca en vuestro punto de mira, haced eso mismo con la clase política, que en estos días está dando de lo que hablar y en ella apenas malgastáis vuestro tiempo. ¿Acaso es menos grave que el presidente del Gobierno apenas se implique en los problemas de los españoles, con la que nos ha caído con el tema del coronavirus en periodo vacacional, o la ‘presunta’ Caja B de Podemos?

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