Este domingo, saltaron algo más que chispas en el último debate de la Isla de las Tentaciones.
La primera en salir en acción ha sido Melyssa, la enamorada y sufridora de todo el concurso, mientras que su ex pareja, demostraba ser, una persona completamente distinta a lo que ella conocía durante su noviazgo. Sinceramente, cuando una persona se siente traicionada, reaccionaría de forma similar. Tom, en su intento de mostrar cortesía, ha ido liando más el ovillo minuto a minuto, sobre todo cuando se sentía acorralado por sus propias mentiras.
No es de caballero, jugar con los sentimientos de las personas y éste juega a dos bandas. Por un lado, con Melyssa y por el otro, con Sandra. No todo vale para tener notoriedad. Puede pasar que, en vez de coger fama, se te vuelva todo en contra y resulte que te lleves la ‘mala’ fama. La insensibilidad y prepotencia que demuestra este joven, deja mucho que desear y se convierte ante cualquier madre, en el novio nada ideal para su hija. Al final, el llanto y el arrepentimiento de Tom, consiguió ablandar el corazón de su ex pareja, aunque tengo la sensación de que muy pocos se lo han creído. En fin, que Melyssa en este concurso ha quedado como tal, la gran protagonista mientras la nueva pareja, se han quedado muy por debajo del nivel esperado.
Marta y Lester, tras 11 años siendo pareja, es incompresible que no hayan roto antes. A ella se la ve una niña dramática, caprichosa, celosa y deja ver su comportamiento contradictorio, en el que pasa del llanto a la risa y seguidamente a la intención de vender que es la engañada y su deseo de hacer daño, algo que para mí es pura bipolaridad y a eso hay que añadirle que todavía sigue totalmente enganchada de Lester, aunque su arrogancia y soberbia le impiden admitirlo. Seguramente por eso, Marta se ha quedado sola, sin Lester y sin Dany, el chico con quién había engañado a su pareja en aquel momento. Intenta culpar a todo el mundo de sus errores a la par que no admite lo fracasada que es. Opino que es la típica persona amargada que es como el perro del hortelano, ni vive ni deja vivir.
La temperatura iba in crescendo a medida que pasaban los minutos dando paso a un espectáculo bochornoso, dejando ver la versión de una persona despechada, vengativa y con muy poca educación. Sin duda, ha sido un reality que muestra claramente como son las generaciones que vienen: sin educación, sin respeto hacia nadie, sin valores y con ganas de ganar dinero fácil, cueste lo que cueste. Las cadenas de televisión con todo esto, se ve que ganan audiencias, gracias al target de espectadores que vemos realities de este tipo y más a consecuencia de todo esto que estamos viviendo. Esta juventud, a mi modo de ver no es un buen ejemplo para todos aquellos jóvenes que siguen este programa y al que se quedan obnubilados por las tramas que suceden. En fin, esto no terminará mientras siga teniendo seguidores.
Para terminar, Telecinco este jueves nos traerá un nuevo reality, La Casa Fuerte, otro programa que seguramente dé mucho que hablar.
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