Cine y diversidad

Recientemente terminé de ver la tercera temporada de Cobra Kai y me quedé asombrado. Una serie que te engancha, bien ejecutada, con una vuelta a el clásico “Karate Kid” y como no un último ingrediente que no puede faltar en el cine; una dosis de propaganda encubierta.

Desde los albores del cine se han presentado mileswomens air jordans custom triathlon jersey womens air jordans air jordan 4 retro military black dallas cowboys slippers mens yeezy boost 350 v2 black custom sublimated hockey jerseys asu football jersey dallas cowboys slippers mens baby trend stroller custom stitched nfl jersey custom triathlon jersey custom youth nfl jersey nike air jordan 1 mid se personalized celtics jersey de obras cinematográficas impactantes. Películas que han cambiado la percepción de las personas creando teorías filosóficas como Matrix (1999), introduciéndonos en momentos históricos únicos como 1917 (Sam Mendes) e inclusive poniendo en la mesa debates morales como podemos ver en Senderos de Gloria de Kubric o recientemente The Hater.

Toda esta cultura abre mentes y por ende, posibilidades artísticas infinitas pero como toda industria, la del cine está destinada a ser una máquina de propaganda barata antes que el séptimo arte. Siempre ha existido un mensaje político como bien he escrito arriba, desde la crisis del crack en Boyz n the Hood, pasando por la vivencia totalitaria en La vida es bella y terminando por el cine independiente de Lars Von Trier.

El embolado empieza cuando determinados sectores poblacionales deciden que hacer en el cine y que debemos ver. El mayor ejemplo de esto era la irrupción del feminismo moderno en cuestiones cinematográficas, argumentando que las mujeres debían tener más protagonismo, que sus cuerpos estaban sexualizados y necesitaban visibilidad.

De esta idea salen catástrofes como Las cazafantasmas o Harley Quinn, por no hablar de la última de Wonder Woman. A mi parecer, estas ilustradas, jamás han visto cine o al menos, buen cine. ¿Qué ha sido de Uma Thurman en Kill Bill? O el gran protagonismo y la maldad de La favorita de Lanthimos. La cuestión no es el sexo del protagonista sino como se ejecuta la obra.

Cobra Kai, no está exenta de criticas puesto que en la página de Tomatazos nos relata cómo varios críticos se han cebado con la 3ra temporada argumentando que no existía “diversidad”. Vaya locura, puesto que en este contexto no importa la obra ejecutada, sino el contenido de esta. No importa que estés viendo El Padrino sino que su personaje sea hombres cis y hetero. Estamos llegando a un absurdo cinematográfico y no sólo eso, sino lo peor es que se abalan a estas supuestas películas.

En el año 2019 ganó los Oscar Parasites de Bong Jooh- ho. Se decía que se daba el premio porque era una película de habla no inglesa y por su argumentación de “lucha de clases”. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Este director es predilecto en Corea y en todas sus obras Snowpierce, Tokyo, Okja… mete el componente de clases y ¡le queda bien! Pero ni por asomo se merecía el Oscar, la mejor película del año 2019 fue sin duda Uncut Gems protagonizada por Sadler pero tristemente no cumplía con los cánones del feminismo, ni la diversidad y mucho menos “de los estereotipos”.

Otra caza de brujas fue hacia por el director de Training day, el gran David Ayer que junto a The Gentlemen de Guy Ritchie, fueron criticados por su “extremo machismo, misoginia y presencia de testosterona.” Claro, porque vamos a los bajos fondos de los Ángeles y entre las pandillas existe cordialidad y armonía, no existe la prostitución ni la violencia hacia las mujeres, lo mismo pasa en el mundo criminal británico, posiblemente los guardaespaldas del protagonista en la realidad serían mujeres.

Este artículo es una oda al buen cine, pero a su vez una crítica a la politización absurda – porque ni siquiera lo hacen bien- de lo que está sufriendo este sector. Cuando una obra trata de meter con calzador la diversidad pierde su esencia. Lo curioso, es que estas exigencias van dirigidas al cine norteamericano y en su mayoría hollywoodiense y no a otros títulos.

¿Por qué nadie habla de que en el cine japonés de Takeshi Kitano todos los protagonistas sean japoneses? Entiendo que EE.UU es una sociedad con más “diversidad” pero no se puede pedir que se rompa una obra en favor a una política inverosímil.

Se habla incluso de retirar guiones por poca presencia femenina o de personajes afroamericanos o asiáticos. En base a estas decisiones, dejé de consumir este tipo de cartelera comercial con la que ni aprendes ni te entretienen. Aunque, siempre nos quedara Tarantino, ¿no?

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