Queridos lectores, ha llegado el momento de extraer conclusiones de esta serializada que hemos desarrollado sobre la violencia en el fútbol. En primer lugar, quiero dar las gracias a todos los que lo habéis leído y compartido, ya que estamos contribuyendo a hacer este deporte un poco mejor. Y ahora, sin más preámbulos, empecemos con las 7 medidas que considero claves para el desarrollo pacífico del fútbol:
1. Respeto al adversario: En el fútbol no hay enemigos. No vamos a la guerra ni a defender la honorabilidad. Sólo es deporte, y el rival, que va a buscar la victoria igual que tú, merece todo el respeto y admiración, ya que un equipo de fútbol es más que juntar jugadores.
2. Evitar comparaciones con los profesionales: Para llegar al fútbol profesional, sea en el papel que sea, se necesita prácticamente una vida para el desarrollo del deportista, y el porcentaje de personas que llegan a vivir del fútbol es muy reducido (según algunos estudios, menos del 1%), así que es mejor vivir día a día que en un sueño permanente.
3. Valorar la labor del entrenador: Actualmente, los entrenadores utilizan metodología muy avanzada y renuevan sus conocimientos técnicos y tácticos prácticamente a diario. En muchos casos, especialmente en el fútbol base, el coste de su formación supera el salario que perciben a lo largo de varias temporadas. Son fundamentales para el fútbol y es necesario respetarlos
4. Facilitar el trabajo a los clubes: Actualmente, en un equipo hay un mínimo de 2-3 personas encargadas de que toda la operativa del partido de fútbol se desarrolle con normalidad. Delegados, fisioterapeutas, entrenadores específicos, utilleros, analistas, directivos… Sin ellos el fútbol es menos fútbol. Ayudemos a que realicen de forma más cómoda su labor.
5. Empatizar con los árbitros: Las jugadas polémicas siempre han formado parte del fútbol, pero no hemos de minusvalorar ni despreciar personalmente a los árbitros. Dedican mucho tiempo a formarse, lo compaginan con otros trabajos y/o estudios, y son una figura sin la que no se podría celebrar un partido. Si no estás de acuerdo con sus decisiones, critícalas, pero siempre desde el respeto y la empatía con su difícil labor.
6. Disfrutar el fútbol: Hace tiempo que los estadios se han convertido en ambientes de máxima tensión. Recuerda que la entrada al campo no es para desahogar tus problemas con la violencia, ya sea verbal o física, sino que debe ser un rato de desconexión y disfrute de un espectáculo. Si conseguimos que la tensión baje, podremos tener un deporte al que poder llevar a nuestros hijos sin miedo a que asuman valores negativos.
7. Tolerancia CERO con los violentos: Los que promuevan y practiquen la violencia en el fútbol no tienen cabida. Las sanciones a perpetuidad para actitudes de extrema gravedad y el desarrollo de una Ley Nacional del Deporte que proteja al fútbol de los violentos en todas las categorías son la mejor forma de frenar y expulsar a quien no ayuda.
En resumen, debemos hacer del fútbol lo que nunca debió dejar de ser: un juego, una fiesta para todos en el que podamos expresar las emociones sin problemas. Porque como decía el gran Diego Armando Maradona, «LA PELOTA NO SE MANCHA».
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