Queridos amigos de Minuto Crucial, hoy os traigo una reflexión. En esta semana hemos podido ver en los medios deportivos la emoción de Jordi Sabaté, Youtuber y seguidor del RCD ESPANYOL que sufre esa maldita enfermedad llamada Esclerosis Lateral Amiotrófica, más conocida como ELA. Es algo significativo ver cómo incluso en los peores momentos de la vida, el fútbol es esa válvula de escape que nos saca una sonrisa, un gesto de emoción… En definitiva, un atisbo de felicidad.
No es el primer caso, pero sirve para entender que todo este negocio en el que se ha convertido el balompié, con cifras astronómicas y disputas superfluas, siempre queda supeditado a la pasión, al sentimiento de los aficionados que apoyan sin cesar a los equipos, que sufren cuando les va mal y se alegran cuando les va bien.
Un caso interesante fue el del Mundial 2010. En un momento delicado a nivel económico, con muchas discusiones políticas y territoriales y con un gran desánimo en la sociedad española, esa gesta de La Roja nos sirvió para juntarnos como nunca, vibrar y celebrar, y ya de paso aparcar esas diferencias entre todos para festejar el éxito de la Selección Española. Quizás, solo se necesita una excusa para volver a sonreír y el fútbol es una de las mejores.
Todos los años, conforme nos acercamos al final de la temporada, los nervios se aceleran y las emociones afloran con motivo de esta pasión, de estas ganas de despreocuparnos de los problemas y disfrutar de los éxitos de nuestro equipo. Es por ello que quien vea el fútbol simplemente en clave económica se equivoca, ya que las cifras hablan de un negocio prácticamente en bancarrota.
Por ello, y como conclusión, intentemos disfrutar de lo que queda de temporada y no perder esa pasión, ya que, si tenemos que volver a pensar en los problemas de verdad, igual no nos merecerá la pena.
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