Corazón descorazonado

La prensa rosa nació con el fin de entretener al público mostrando la vida de aquellos personajes cuyo “modus vivendi” no estaba al alcance del común de los mortales. Precisamente, por eso nos cautivaba. Algo al alcance de unos pocos pero que muchos soñábamos con ello. Lujosas mansiones se mostraban en los interiores de las revistas. Fiestas a las que acudían únicamente la flor y nata de la sociedad. Vacaciones paradisíacas, muchas veces costeadas por las propias publicaciones a cambio del reportaje y casi siempre con una retribución pecuniaria nada despreciable.

El pistoletazo de salida lo daba, casi siempre, el famoso posado de nuestra Sirena – la mismísima Ana Obregón –, en aguas mallorquinas. A partir de ahí llegaba la noche marbellí donde podías codearte con jeques árabes rodeados de todo su séquito y cuyo yate era mil veces más grande que la casa de cualquier familia numerosa.

¿Quién no ha pensado en alguna ocasión en esas fiestas de Olivia Valere donde acudía la “beautiful people”?. A tu lado bailaba Gunilla, la princesa Quimera o el mismísimo Alfonso de Hohenlohe, principal impulsor del Marbella Club. El baile De la Rosa de Mónaco era otro referente. En este caso, de la Costa Azul regentado por la princesa Gracia de Mónaco y, tras su muerte, por su hija Carolina, que reunía tanto personajes de la alta sociedad como estrellas del celuloide hollywoodiense, quizás debido al pasado de la actriz que se convirtió en Princesa.

Sin embargo, esto ya no es así. Las portadas de las revistas ahora vienen copadas de personajes salidos de realities. ¿Su único mérito?, arremeter contra otros, sacando a la luz lo más bochornoso. Un espectáculo de circo dantesco. Hemos pasado de Soraya – la princesa de la mirada triste –  mujer de Reza Pahlavi a la Princesa del Pueblo – Belén Esteban–. El único logro de la de San Blas fue un romance con el torero de las mujeres del que nació una hija. Pues ahí la tenemos acaparando las portadas con programas en Prime Time y defensores a ultranza que como ella misma dice “por ella maaaaatoooooo”.

¿En qué momento perdimos el “oremus”? ¿Cuándo el color rosa se convirtió en amarillo? Y aunque esto pueda parecer una crítica no es la intención. Más bien se trata de una reflexión, aunque no por ello dejaré de retar a nuestros lectores a continuar consumiendo tanto la lectura de estas publicaciones o el visionado de ciertos programas. La finalidad es poner una nota de humor con cierto sabor irónico a los personajes de “moda”. Si entrecomillo esta palabra es porque como la moda, son efímeros, sólo que las tendencias siempre tienden a retornar y estos “personajillos” pasan sin pena ni gloria y desaparecen sobre todo por nuestra salud mental.

Eso sí, alabaré a quien deba ensalzar y criticaré a quien deba criticar. Además del corazón, también analizaré otro tipo de aspectos como alfombras rojas – donde la moda será protagonista absoluta haciendo un ranking en el que os animo a participar–, temas de actualidad de corazón e incluso un análisis de sus protagonistas. Será un placer interactuar con vosotros y os animo a participar conmigo en esta sección de “casquería”.

Buena semana queridos.

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