¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué? Es la pregunta que se hacen 47 millones de personas que viven en España. La pregunta del millón, la pregunta que se hacen los habitantes de nuestro país, un país azotado por una crisis económica a causa de una pandemia y que afecta a todo tipo de perfiles sociales: estudiantes, autónomos, trabajadores, empresarios, desempleados, trabajadores ¿Y ahora qué?

Tras una pandemia surgida en marzo del año 2020 y que ha arrasado con el mercado laboral con el tejido productivo y empresarial de España, cuyas consecuencias económicas aún no conocemos en plenitud y un dinero europeo que llega a cuentagotas acordado por un plan de recuperación pactado entre los estados miembros tras múltiples reuniones tensas entre los principales dirigentes de los países pertenecientes a la UE. Ese mismo, fue firmado al fin el 27 de mayo de 2020, en respuesta a una crisis sin precedentes causada por el coronavirus.

La comisión europea con motivo de la pandemia propuso el instrumento temporal de recuperación llamado Next Generation EU, por valor de 750.000 millones de euros a repartir entre los estados miembros (un Plan Marshall a la europea) además de refuerzos económicos específicos del presupuesto a largo plazo de la UE entre los años 2021-2027. Lo dicho, al fin Europa responde, al fin de la talla y hace de unión económica y unión solidaria entre los estados miembros. Por fin ahora si esta vez somos Europa.

La incógnita estará en cómo se repartirá dicha ayuda ante el mastodóntico equipo de gobierno de coalición PSOE/PODEMOS con nada más y nada menos que 23 ministerios, 4 vicepresidencias, 30 secretarios de estado, y múltiples asesores, representantes, etc. Una cantidad ingente de altos cargos que no se ve reducida ante semejante ruina económica que se avecina. Dicho esto, el panorama político es una incógnita a día de hoy ya que el Gobierno encabezado por Pedro Sánchez el cual cuenta dentro de dicha coalición con Podemos pero que gobierna en minoría, los cuales necesitan mínimo tres partidos políticos más para formar las hipotéticas mayorías correspondientes para sacar adelante cualquier proyecto de ley.

Estas fuerzas políticas son los partidos políticos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, es decir ERC, PNV y EH BILDU, irremediablemente este gobierno muy bien llamado “Gobierno Frankenstein” por su complejidad y por su desvarío en la variedad ideológica consecuencia del no pacto Sánchez/Rivera. Es decir, PSOE/C´S tras los comicios de abril de 2019, pacto que Sánchez nunca deseó ya que tenia su bloque formado con el que gobierna en coalición diversas autonomías y en que se apoyó para derribar al anterior gobierno del PP encabezado por Mariano Rajoy la infame moción de censura de mayo de 2018. Pacto que tampoco Rivera deseó ya que el escenario era diferente al de 2016 donde si se llegó a un acuerdo , pero el contexto era diferente ya que el PSOE aún no gobernada en coalición con fuerzas independentistas en varias regiones como Navarra, Comunidad Valenciana, Baleares, País Vasco, etc. Dicho factor condicionó también el no acercamiento de C´S al PSOE para conformar una hipotética mayoría entre ambos de 180 escaños la cual hubiera desembocado en un gobierno infinitamente mejor al actual y en una mayoría parlamentaria infinitamente también (valga la redundancia) más sólida que la actual.

¿Y ahora qué? ¿Qué sucederá? Sánchez atado de pies y manos al independentismo catalán y vasco, con un Podemos en caída libre cogobernando el estado con el PSOE, necesita hacer concesiones para mantener su compleja mayoría parlamentaria. De ahí se comprende su concesión al nacionalismo vasco con la cesión de la competencia de prisiones, acercamiento de presos de la banda terrorista ETA, y hasta se habla de una hipotética selección de futbol vasca (veremos en qué queda)

En cuanto a las concesiones al independentismo catalán se ven reflejados también en los indultos de los procesados por el “procés catalá per la independéncia”, incluso en la Ley Celaá la misma que suprime la obligación de la vehicularidad del castellano en todo el territorio nacional y posiblemente la integración de Cataluña en un nuevo marco territorial dentro del estado. A todo esto, no hay que olvidar la más que posible amnistía a los mal llamados exiliados políticos como Puigdemont y compañía.

No le queda otra a Pedro Sánchez. El sillón es el sillón y este se encuentra en en un callejón sin salida ya que necesita a los independentistas para seguir en la Moncloa y él lo sabe. Además, su única baza es agotar la legislatura ya que tras aplastante derrota de su formación política en las elecciones madrileñas tendría un resultado catastrófico en unas elecciones generales a corto plazo. El máximo mandatario del estado necesita tiempo para rearmarse y convocar elecciones cuando la situación económica del país y la situación de calculadora electoral de su formación inviten a un escenario más optimista y favorable para su liderazgo. Política, política y más política. ¿y ahora qué? El tiempo lo dirá.

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