Desde Europeístas, la asociación que tengo el honor de presidir, decimos que, para poder llegar a las mejores soluciones, sea cual sea el ámbito en el que nos movamos, hay que ser radicales. Pero no radicales en el sentido de ir al extremo, sino en el de ir a la raíz de los problemas para, precisamente erradicarlos, desde ahí, desde la raíz.
Esto que podría parecer una perogrullada, no lo es tanto si nos atenemos a los hechos. Cada vez más nos vemos rodeados de razonamientos que no sostienen ni siquiera el embate de dos argumentos bien colocados. Se dice lo primero que se nos pasa por la cabeza, se comparan ideas que no tienen punto de comparación y así se entra en una espiral de infinito absurdo que, por supuesto, no nos lleva a ningún lado. Lo malo no es que los que somos unos ignorantes entremos en el juego, lo más perverso es que aquellos que deberían poner un poco de luz, apagan todos los focos y avivan el incendio.
Hoy el ABC titulaba: ¿Deben los no vacunados asumir el gasto sanitario si enferman? A lo que desde diferentes perfiles se le contestaba preguntando desde si deben los que no han tenido precaución con el coche, ser atendidos en caso de accidente, hasta si la pregunta se trataba de una broma de mal gusto. Es evidente que estamos ante una cuestión que se hace para generar polémica y ganar interacciones en Twitter. Al medio le da bastante igual lo que se conteste siempre que se diga algo, sólo importa que la estadística suba. El fin justifica los medios cada vez más. Lo malo de todo esto es precisamente eso, que el objetivo de uno de los decanos de la prensa española ha dejado de ser informar para pasar a generar polémica, no el tratar de generar un debate sano que nos lleva a o siquiera plantear una línea editorial, nada de eso. Simplemente generar disenso. Estamos en la época de los falsos debates.
Digo falsos debates porque la pregunta en esos términos no debería haberse realizado nunca. No podemos contraponer el hecho de que se pida un “pasaporte COVID” para entrar en determinados recintos públicos con el derecho a recibir una ayuda sanitaria. Estamos comparando botes de mermelada con manzanas. No podemos relacionar el derecho a la protección de la salud que nos confiere la Constitución Española, con el hecho de que tenemos que actuar solidariamente con nuestra comunidad. Lo primero es un derecho que tenemos, lo otro es algo deseable.
Este tipo de preguntas perversas no tienen solución, pero las resolvemos con el “y tú más” con el “fascista” y el “social comunista”, estas preguntas sólo dejan frustración y por supuesto, ninguna respuesta. Pero el ABC no tiene la culpa, lo hace porque le da resultado y el resultado se lo estamos dando nosotros. Es la ley de la oferta y la demanda. Dejemos de consumir falsos debates y acabaremos con ellos.
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