La bien pagá

Es bien conocida por todos, la situación tan excepcional que estamos viviendo como consecuencia de esta crisis sanitaria que se tradujo en la declaración del Estado de Alarma y sus subsiguientes prórrogas y que ha servido, entre otras cosas, para desenmascarar a los voceros afines al régimen sanchista que padecemos permitiendo constatar que la izquierda no da soluciones a los verdaderos problemas de la población, sino que solo es propaganda, propaganda y más propaganda. Si Goebbels levantara la cabeza… estaría orgulloso de cómo estos pupilos progres de manual (léase mejor “regres”) siguen al parecer, al milímetro sus once principios de la propaganda. En este artículo nos vamos a centrar en los colectivos más tóxicos, con influencia y con menos vergüenza de nuestra sociedad: los mal llamados cineastas, actores, “periolistos”, presentadores y artistas de diferente ralea.

Empecinados en centrar sus energías y creatividad en hacerle parte del “agit-prop” al Ejecutivo para así recibir suculentas y jugosas subvenciones que les permitan vivir a cuerpo de rey a costa del lanar patrio, no parecen darse cuenta (o les da igual) de que la gran mayoría de los contenidos que protagonizan, producen, presentan o en los que participan, suelen ser de una mediocridad sectaria inversamente proporcional a los fondos que perciben, como lo evidencian en la mayoría de ocasiones las subvenciones que se embolsan en relación a los beneficios que sus obras recaudan. Nos viene a la cabeza la fatua imagen de un tal Eduardo Casanova, cuya una de sus últimas películas por poner un ejemplo, recaudó 81.179 euros y costó un millón de euros (lo que en pérdidas se traducen en 918.821euros). Pero señores, la banca gana y ustedes pagan. Este docto efebo reclamaba en una gala de los Goya (un club de amigos parece) más dinero para el cine español, pues según este mozo, para que el cine español siga existiendo se necesita más dinero y matizaba en su intervención: “dinero público”.

Otro “tovarisch” del celuloide llamado Almodóvar afirmaba en la misma gala (si ustedes recuerdan) esperar que a Sánchez le fuese bien, porque si a él le iba bien, a ellos (al sector titiritero) les iría bien también. Por supuesto, todo lo contrario que al resto de la ciudadanía, pues ya estamos viendo cómo nos está yendo y cómo nos va a ir. Todo este club de limpiabotas del régimen, los mismos que dibujaban arco iris y nos decían por tierra, mar y aire que nos quedásemos en casa, son los mismos que además animaban a todos, todas, todes y todus a ir a la manifestación del fatídico 8M…porque nos iba a todos la vida en ello (Calvo dixit). Desgraciadamente y mal que nos pese, lo irónico del asunto es que era verdad: ¡y tanto que nos ¡Nos iba a todos la vida! Eso sí, algunas, ya sabedoras al parecer de la que se avecinaba, fueron protegidas con guantes y sin dar besitos. Además, este año los hemos visto a todos en los Goya, dándose arrumacos sin mascarilla en una clara demostración de que lo que se le aplica al pueblo no es aplicable a ellos mismos.

Lo más vergonzoso es que con la crisis galopante que estamos atravesando y el reguero de muertos que ha conllevado, aún hay algunos de estos susodichos sin estómago que sin querer renunciar a sus privilegios ni en un escenario tan crítico como el actual, reclaman su correspondiente paguita. Estos “hacedores de pseudocultura” y adalides de la pluralidad informativa, que son a la cultura y a la información libre lo que Pablo Iglesias a la Democracia, no son más que los transmisores y marionetas consentidos y “asentidores” del Gobierno socialista de turno.

La mayoría de las películas que se hacen, prácticamente, siguen el mismo argumento simplón, lleno de chistes toscos, mediocres y chabacanos. Al mismo tiempo, las rebozan con un claro componente ideológico descaradamente de izquierdas (cumpliendo servilmente con quien paga) con el que pretenden luego freír seseras adoctrinando sutilmente al espectador, teledirigiéndolo hacia la corriente de pensamiento imperante y haciéndolo súbdito de la dictadura globalista de lo políticamente correcto, ridiculizando por ende, a todo aquel que disiente de esa ideología y manipulando y versionando de manera falsaria muchos de los hechos históricos, para reescribirlos de acuerdo a sus intereses.

En cuanto a los periolistos y juntaletras de la caja tonta y de panfletos quebrados varios que minimizaban el impacto y consecuencias del virus que nos estaba asolando primero, para después hacer lo contrario y que se alineaban y siguen transmitiendo el mensaje del presidente Sánchez, que animaban a la gente a salir el 8M, que llamaban a las dimisiones cuando hubo un solo contagio de ébola ¡UNO!, que provocaron las lágrimas por la muerte de un perro, que justifican el cordón sanitario que se le está realizando al tercer partido de la oposición precisamente por hacer lo que los demás no hacen: OPOSICIÓN. Esos mismos, reciben fondos millonarios para seguir mintiéndonos a todos descaradamente y retorciendo cifras y hechos según interese al mandamás del Falcon. Sinceramente, los españoles no se merecen unos medios de incomunicación ni personajes de la farándula que les mientan. Pidan perdón por sus dejaciones y negligencias señores.

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