Los movimientos migratorios han tenido lugar a lo largo de la historia por diversas causas; económicas, laborales, deslocalización del trabajo, por turismo cultural o económico, o simplemente por espíritu aventurero. El más cruel: por razones de guerra, que son los refugiados. El emigrante económico se mueve en busca de alimento, de libertad y de la independencia que las dos necesidades anteriores conllevan.
Los grandes organismos internacionales como FAO u OTAN entre otros, pueden hacer bastante para paliar la hambruna en determinados territorios, pero en cuanto a la libertad y la independencia se muestran impotentes. Al parecer, cada país ha de sacarse las castañas del fuego. Tristes episodios son los que tenemos en la historia contemporánea. Allá por 1994, año donde Fidel Castro vivió una de las peores etapas de su régimen social-comunista. Tras la revolución; la hambruna y las carencias de todo tipo llevaron a los cubanos a darse al mar, a bregar por alcanzar las costas de Florida, de Miami, en balsas construidas con los materiales más insólitos. Los balseros dieron en llamarse, que morían ahogados intentando cubrir esos 200 kilómetros de singladura.
El presidente, por aquel entonces, Bill Clinton, ante la avalancha de cubanos que colapsaron todos los circuitos de bienestar americanos, decidió tomar la decisión de reportarlos a la base de Guantánamo. ¿Por qué he llegado hasta aquí? Estoy convencida de que el régimen comunista es tan empobrecedor de las masas que no tienen más remedio antes de autodestruirse que recurrir a métodos más o menos capitalistas que les pueda dar un respiro económico. La historia nos sigue dando episodios similares , con ganas de seguir tropezando en las mismas piedras. Nos quedaban lejos o al menos no nos afectaban de manera tan brutal, como es el caso de Ucrania.
Nuestra economía tambaleante, movida por los hilos que llevan a la pobreza, acusa de forma estrepitosa a un descalabro del que solo podrán sacarnos la divina Providencia. Pero amigos, todo es susceptible de empeorar y entre tanto, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez arroga la culpabilidad de lo que ocurre ,a cualquiera que pase por allí. Ahora le toca a Putin, hombre, un poco si, es como si cuando estás descarrilando, te chocan por detrás. Luego vas y lees que se destinan 20.000 millones de euros para políticas feministas y es que a mí se me caen los palos del sombrajo.
Los ucranianos refugiados estoy segura de que nos darán ejemplo de esfuerzo. Sean ustedes bienvenidos a nuestro país. El trabajo crea empleo, pero mucho me temo que este Gobierno mastodóntico que tenemos, será incapaz de crear cauces para el mismo.
Al menos estos son refugiados de verdad y no invasores a largo plazo