El voto del miedo

Infundir pánico a la sociedad española le viene siempre bien a Pedro Sánchez. Sabe perfectamente que ese terror que reparte después se le devuelve en forma de votos que lo encumbran, todavía más, en su cómodo sillón y su Falcon de lujo. Así que le es fácil aprovechar el momento y cada oportunidad que se le presenta para señalar a aquellos que le molestan y amenazar, de nuevo, con la llegada del lobo que va a comérselo todo. Este tipo de conducta es troncal y comunitaria de todo buen progresista. Pero, cierto es que “su Sanchidad” la reproduce en su conjunto con su afán de protagonismo.

Estamos viviendo días muy convulsos en la política de nuestro país. Somos muchos los que presenciamos con estupor el desasosiego interno por las luchas de poder dentro del principal grupo político en la oposición. El PP se debate dentro de una crisis desde la cual quien más pierde es España. Mucho se está hablando y más que se hablará sobre este hecho que recién acaba de comenzar y al que en estos momentos me atrevo a decir que aún falta mucho camino por recorrer antes de vislumbrar una salida, si la hubiera. Por tanto, el panorama se me asemeja desolador. Y digo desolador y digo bien. Porque al peor Gobierno de la historia de España le basta con chasquear los dedos para seguir adelante imponiendo su voluntad a costa de arrasar y sostenerse con los votos del miedo. 

Desde que Marx y Engels dieron funcionalidad al social-comunismo se ha usado esta herramienta, (meter miedo) para sacar votos allí donde se necesitan y no aparecen. El miedo resulta impactante y convence a las masas de que más vale seguir igual que apostar por un cambio nunca antes visto, ya que arriesgarse a salir de la zona de confort supone con seguridad pérdidas cuantiosas e ilimitadas que conducirán a toda vida al ostracismo absoluto y sin derechos. No en vano, Engels lo denominó “socialismo científico”. En efecto, incluso hacen su ciencia difundiendo miedos y temores para recoger siervos alienados con su ideología totalitaria. Siervos que exprimen para beneficio propio hasta las últimas consecuencias.

Vox, en cambio, crece gracias al voto de la libertad y también al voto convencido y valiente de todo español que renuncia a tener miedo. Porque las recetas social-comunistas son para miseria de los de abajo y riquezas para los de arriba y, por tanto, a Vox llega todo aquel que lo confirma de mil y una manera diferente, con sus propias vivencias, con sus experiencias probadas, con vidas hechas a golpe de sirena y a base de esfuerzo y tesón. Vox crece, sí. Con afiliados y simpatizantes que unen su voz para ser más fuertes, con hombres y mujeres que defienden nuestra Agenda España para recuperarnos de la expropiación sistemática y abusiva en todos los ámbitos de nuestro país durante ya más de cuarenta años.

Por todo ello, se puede decir alto y claro que a Vox no se llega jamás con miedo. Recuerda esto, seguirán asustándote para que no te escapes. Lo harán desde su agenda globalista, desde su falso ecologismo, desde el expolio fiscal… Y seguirás viviendo según sus predicciones porque no verás posible hacerlo de otra manera. Aunque exista y se pueda, los progres no te darán más que una opción sin que logres discernir otra, la opción que a ellos les interesa ¿Les votarás simplemente porque sí? O ¿Les votarás por miedo?

Tanto si tu respuesta es una u otra, el socialismo seguirá arruinando a España de la manera más injusta que podamos imaginar. Porque conseguirá mantenerse en el poder sin ni siquiera convencer a sus votantes.

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