Consumir preferentemente antes de elecciones

Cuando un Gobierno cabalga a lomos de la mentira, lleva de escudero al asesor del peor bolivarismo que ha llevado la ruina y la miseria a Venezuela y emplea el ariete del terrorismo y el golpismo para abrir las puertas del fuerte de la Moncloa, no hay que ser un lince para darse cuenta de que no trae nada bueno para los españoles.

Los acontecimientos de las últimas semanas dejan patente el caos que hay en el ‘desgobierno’. Una España ingobernable cuya hoja de ruta pasa por aprobar unos presupuestos para contentar a los señores nacionalistas catalanes subtitulando Netflix en catalán o un ministerio de la guerra de los sexos recibiendo 20.000 millones de euros en medio de la peor crisis energética que se recuerda y con un país que acumula otro día más con el abastecimiento paralizado.

Asisto perplejo a la campaña de demonización y satanización de los voceros mediáticos del ‘régimen sanchista’ contra los trabajadores del sector del transporte que, hartos de trabajar a pérdidas, han salido a ejercer un derecho de huelga que es suyo y que esta izquierda sectaria y fundamentalista siempre ha enarbolado cuando gobernaban otros. Ya no son trabajadores, ya no son los que abastecen para que comamos, ahora son «ultras» y «terroristas» ¡y «fachas»! 

Por lo visto, para los mercenarios mediáticos a sueldo del sanchismo, cualquier acto de discrepancia con el Gobierno te convierte en un elector de VOX (¡Ojalá que cada español que harto con la ejecutiva sanchista fuese votante de VOX!) Lo que está claro es que mientras un Gobierno no puede ni tan siquiera pisar la calle porque, lejos de su zona de confort en los mítines, los están abucheando e increpando, Santiago Abascal, vaya por donde vaya, es aclamado y recibido como un héroe. Comparto ese sentimiento, Abascal, independientemente de la consonancia que puedas tener con sus ideas, es un buen español, un patriota honorable y una gran persona. Debemos ayudarle, porque él nos ayudará a los españoles.

Lo que está ocurriendo en España en estos últimos días, con el desabastecimiento de muchos supermercados por la huelga de transportes, no deja de ser una ironía. Lo poco que aún queda comestible en España será fagocitado por esta basura infame de Gobierno y no habrá aprovisionamiento hasta que haya un cambio de Gobierno. Cómanselo hoy, porque mañana habrá elecciones y para entonces no habrán dejado piedra sobre piedra y lo que quede estará corrompido. Nadie que sea partícipe de la infame Agenda 2030 estará en disposición de devolvernos nuestra soberanía. Por eso, hay que decirlo sin complejos. Sólo queda VOX y sólo nos queda Abascal.

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