Cordón democrático

Observo desde hace mucho tiempo cómo se retuerce el lenguaje para hacer creer a la opinión pública que lo que se está diciendo es algo nuevo o de gran calado, cuando realmente suele ser una auténtica falacia. Inventaron la memoria histórica y ahora es memoria democrática, inventaron cordón sanitario y ahora es cordón democrático.

Me sorprende enormemente que quienes inventan estos términos y llevan siempre el término democracia en la boca, luego sean precisamente los que menos respetan lo que dictan las urnas cuando éstas no les dan la razón o amenazan con arrebatarles el poder.

La democracia, supuestamente, es el resultado de lo que considera mejor la mayoría, de lo que defiende una mayoría de los que participan en una elección, y digo supuestamente, porque cuando un pueblo está mediatizado, analfabetizado y bombardeado con mensajes en todos los medios de comunicación controlados por el propio gobierno, bajo mi criterio, se pierde esa capacidad para discernir objetivamente que es lo mejor para todos.

Pero vamos a suponer que aún existe gente que se documenta, que se preocupa por leer los programas electorales, que tiene memoria y recuerda lo que hicieron anteriores gobiernos o lo que ciertas ideologías han creado en otros países ahora y a lo largo de la historia.

Las encuestas y los resultados electorales autonómicos les están quitando la razón, pero se empeñan en intentar seguir utilizando sus discursos de miedo y manipular con mensajes totalmente falsos a la masa.

Ayer, con motivo del pacto de gobierno entre PP y Vox en Castilla y León y que, en Francia, el socialismo está prácticamente en extinción, Adriana Lastra, vicesecretaria del PSOE, ha declarado que la extrema derecha viene a desestabilizar la democracia. Pero señora, ¿es que han dado un golpe de estado y no nos hemos enterado? ¿Con qué moral puede decir éso cuando están gobernando con la extrema izquierda desde hace tres años o su Gobierno ha indultado a unos delincuentes que han sido encarcelados por atentar directamente contra la constitución? ¿Se han preguntado si la mayoría de los españoles estaríamos de acuerdo en una decisión así de perversa? ¿Lo llevaban en el programa electoral? Ustedes que están pactando en Navarra con Bildu y se valen de los apoyos de dicho partido con tantas víctimas a sus espaldas para seguir gobernando en España, ¿quiénes son para juzgar el acuerdo de gobierno en Castilla y León y definirlo como un atentado contra la democracia? Me sorprende que manipulen el concepto democracia a su antojo, siempre que no les conviene, es un atentado contra la democracia.

Por otro lado, como fruto de este pacto, también he escuchado a Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno decir que Vox es un partido que cuestiona la violencia de género, como siempre, lo dicen con el fin de hacer creer nuevamente a la masa que este partido considera que no existen mujeres maltratadas o que Vox defiende al maltratador, que son unos machistas de manual. Me voy al programa electoral de Vox y lo que leo es que éstos consideran que el maltrato no tiene género y que existe tanto del hombre a la mujer como también de la mujer al hombre, que una pareja puede estar formada por un hombre y una mujer, pero también por dos mujeres o por dos hombres, y en estos dos últimos casos, esta ley tampoco les protege. Leo que defienden la elaboración de una Ley Integral de Violencia Intrafamiliar, en sustitución de la de género, en donde todos (y todas) estemos igualmente protegidos, en donde a un hombre no se le arrebate la presunción de inocencia por el mero hecho de ser hombre, hecho, por cierto, que atenta directamente contra el artículo 14 de nuestra Constitución, donde también se proteja a los niños o a los abuelos. La verdad, no encuentro discurso que se acerque más a la igualdad que el que tiene Vox en este sentido.

Podrán estar o no de acuerdo con el programa electoral de Vox, ésto aquí no se debate, pero mentir o pretender aislarles y hacerlo en nombre de la democracia es un contrasentido.

Señores de la izquierda, sigan ustedes con estos mantras adoctrinadores, que la palabra fascista o extrema derecha empieza a sonar a cachondeo. Sigan ustedes con sus políticas climáticas que nos están llevando a la ruina, sigan despilfarrando dinero público, sigan teniendo imputados en sus filas, sigan sin solucionar el paro desbocado, sigan ejerciendo una presión fiscal insoportable, sigan destrozando la educación pública, sigan haciendo el ridículo en Marruecos, Argelia o Bruselas o sigan batiendo récords situando a España en las peores posiciones entre los países avanzados. Luego cuestionense si es normal que otros partidos les roben la merienda y, por favor, dejen de tratarnos como parvulario. Respeten a la gente que disentimos de ustedes, respeten la democracia, ésa que parece que solo ustedes han parido.

Raquel Alonso