In the between

Es la nueva película de Netflix que está arrasando en la plataforma. La historia comienza con un accidente y una pérdida; a partir de ahí, la trama va alternando el pasado con el presente, para lograr hacerte comprender el mensaje que lanza.

Esta historia toca mi corazoncito de forma muy particular, ya que al igual que la protagonista, sé lo que es una pérdida de esas características y sé lo que es no decir te quiero a la persona que amas con todo tu corazón; incluso cuando tu alrededor no se detiene en decirte que eres demasiado joven como para comprender ese sentimiento. Pero lo haces, ¡vaya que sí!, aunque el mundo se empeñe en negarlo.

Tessa pierde a Skyler en ese accidente. Ella sobrevive por los pelos, sin embargo, su ausencia la fuerza a entrar en una agonía constante en la que no ve la salida. Mientras en el pasado nos van contando cómo se conocieron gracias a una bonita coincidencia y la forma en la que se va desarrollando esa particular historia entre los dos, el presente es todo oscuridad y desasosiego.

Ella es fotógrafa aficionada y según su chico; ve cosas que los demás no ven. Él es deportista (remo), y tienen ante sí un futuro muy diferente que los empuja a no estar juntos. Problemas familiares, traumas de infancia, incluso el terror que causa mostrar tu corazón cuando sientes que todos en tu vida te han estado abandonando, no logran que ese sentimiento muera. Porque como bien dice el protagonista: “el amor nunca muere”. Y es cierto; jamás lo hace si es verdadero.

A continuación, el espíritu testarudo de Sky le va mandando señales para que sepa que, de algún modo, aún sigue ahí con ella; a pesar de que a la protagonista le resulta muy difícil de entender. Supongo que, en la mayoría de las ocasiones, nos obligamos a pensar tan racionalmente que terminamos convencidos de que nos estamos sugestionando a nosotros mismos. No falla. No digo que siempre pase algo así, no obstante, yo creo en las energías y no puedo evitar el considerar cuántas cosas se nos habrán pasado por alto por ignorar lo que no podemos explicar.

Al final, sus señales van adquiriendo intensidad hasta el punto de que ya no le queda ninguna duda. Entonces se produce esa desesperación propia de quien teme perder de nuevo y el calorcito que se desprende al saber que esa persona que quieres tanto permanece a tu alrededor cuando sientes que estás muriendo de lo mucho que le echas de menos; y en ese momento, te aconsejo no malgastar tu tiempo, semejante sentimiento es inexplicable sin importar lo que te empeñes en ello.

La trama se consiente a sí misma con un poco de lo que denominamos fantasía para poder así visualizar lo etéreo. Tessa se ve envuelta en una encrucijada muy complicada a la hora de tomar una decisión, lo que me lleva a preguntarme; ¿qué es la vida sino una incesante toma de decisiones y aprender de los infinitos errores? Estoy segura de que incluso muchos de ellos merecían la pena, para bien o para mal. Porque sin ellos perderías tu esencia, porque sin ellos no serías la persona que eres ahora, porque sin ellos no tendrías esa infinita capacidad de amar y perdonar (o viceversa). El pánico a perder se apodera de nosotros como un depredador con su presa, no obstante, somos siempre nosotros los que tomaremos la determinación de enfrentarlo o huir de ello. Sin excepción, nadie nunca puede decidir por ti. Lo malo de esto último es que, lo acumulado, no vuelve poco a poco… no… llega de golpe y te abruma con la rapidez de un rayo. Lo siento, pero en estos devenires no hay atajos.

En cualquier caso, de lo que estoy absolutamente segura es de que el amor no conoce ni de tiempo ni de razones. El tiempo no existe, es algo que hemos creado nosotros. Por lo tanto, puedo querer tan intensamente en un día como lo puedo hacer en cien años. ¿Quién manda en eso? ¿Es imposible amar incluso después de la muerte simplemente porque no puedes ver a esa persona? Pues yo tengo la gran suerte (o maldición) de poder corroborarlo; ese sentimiento nunca muere, aun cuando el mundo siga su curso y el tuyo se quedó colgado en algún lugar.

Tu vida jamás se detuvo, aunque te dé esa errónea sensación, sin embargo, no es tan descabellado pensar que tu corazón prevalece con esa evocación que te hizo volar. No olvides que solo mueren de verdad aquellos a los que olvidas o te arrepientes de haber conocido por evitar el sufrimiento que causó esa partida. La valentía está en afrontar y decir en voz alta lo que sientes en realidad, sin que el pánico de los que opinan diferente se apodere de ti. De ningún modo consientas que nadie te diga cómo debes sentir.

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*