Por primera vez, una mujer ha ganado las elecciones generales en la República de Italia. Siendo concretos, una mujer de derechas ha ganado las elecciones generales en el país alpino. Es una noticia fantástica, por más que tanto los medios de comunicación como la clase política española y la Unión Europea intenten demonizar la soberanía del pueblo italiano, sus deseos y ansias de cambio.
De parte de los ya mencionados anteriormente, se han escuchado durante estos días una serie de declaraciones muy graves sobre la formación y el devenir del nuevo Gobierno italiano. Términos como “ultraderecha”, “fascista” o “nazi, siendo este aún más grave que los demás. Pero lo mejor de todo llegó cuando la vicepresidenta Yolanda Díaz, la comunista cuquiflowers, aseguró que le parecía preocupante esta mencionada victoria. Lo realmente alarmante, es tener como miembro de un Gobierno a una persona con el carnet del Partido Comunista, la ideología más sanguinaria y asesina de la historia.
Lo que realmente ocurre, señoras y señores, es que cuando un discurso es contundente y no es de izquierdas, los burócratas y tertulianos solo saben llenarse la boca de mentiras. Y me atrevo a decir que, cuando hay una mujer fuerte frente a un electorado, desde fuera de su propio partido o, desde dentro, se la intenta destruir. ¿Piensan en Isabel Díaz Ayuso, Macarena Olona o Cayetana Álvarez de Toledo? O cuando también saben, en el caso de la Unión Europea, que no pueden controlar y atar en seco a un determinado Estado de los veintisiete, se echan a temblar.
¿Resultados legítimos o resultados para mantener controlada a Italia desde las instituciones europeas? ¿Aún no saben que victorias similares a las de Meloni van a sacudir a nuestro pequeño continente durante muchos años? La respuesta es clara, los ciudadanos están muy cansados de la izquierda y de sus imposiciones sistemáticas, de intentar acabar con nuestra historia, el maravilloso legado judeocristiano que nos ha hecho llegar hasta nuestros días, de la inmigración descontrolada y sistemática, de la “islamización” de Europa, entre otras muchísimas disyuntivas más que me dejo en el tintero. Los europeos, los españoles, no debemos de tener miedo a la hora de reclamar nuestro lugar en este juego donde cada vez nos quedamos más aislados. Por ejemplo, Europa va en un carro de madera mientras que el gigante asiático avanza en un avión de combate a la velocidad de la luz. Pero ese es otro tema digno de un artículo distinto.
Volviendo a la victoria de Meloni, aunque es cierto que en determinados temas discrepo con su punto de vista, debo afirmar el hecho de que es mujer hecha a sí misma, trabajadora, luchadora incansable por su país desde muy joven, donde la llevan actualmente los vientos de la victoria aunque como ella misma ha dicho, el día de la derrota también llegará. Y estoy muy segura de lo que lo sabrá encajar de la mejor manera posible. ¿O acaso no hay mayor orgullo para un patriota convencido que representar a su país y enarbolar su bandera alrededor del mundo?
La ola de las derechas sacude Europa. Con la unión y la ilusión de todos saldremos adelante. Dentro de nada lo hará también en España, con la victoria del Partido Popular que supondrá la puñalada final al peor presidente de la historia de nuestro país. Con valor y pasión, cambiemos el rumbo de la historia de la Unión Europea. Caminemos juntos, soñemos juntos. Los patriotas podemos hacerlo. Viva la Europa de los patriotas.
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