Tenía que ser Gerard Piqué, tenía que ser una fumada de las suyas, algo impensable para cualquier mortal, pero que el bueno de Piqué ha convertido en un éxito inmenso. Es la Kings League, esa competición en la que todo lo que en el fútbol es imposible se vuelve rutinario.
La modalidad es la de fútbol 7, algo que puede parecer circunstancial, pero tiene todo el sentido del mundo. Es la solución más lógica, fácil de ejecutar y adecuada para gente que no aguantaría más de 45 minutos a campo completo. Los presidentes del pasado desaparecen y los dueños de los equipos de la Kings League son creadores de contenido como TheGrefg, Ibai LLanos, los Buyer o DjMariio.
Un inicio al estilo waterpolo, con los jugadores corriendo desde su portería, dos tiempos de 20 minutos, el VAR a plena pantalla y los penaltis shoot out en caso de empate, son otras de las locuras que conforman la normativa de un torneo con dos presidentes de lujo como Kun Agüero e Iker Casillas, que se unen a los Spursito, Rivers o Perxita.
Aunque, la mayor locura son las cartas o, mejor dicho, el arma secreta. Una por equipo, con poderes dignos de los juegos de rol más espectaculares. Penaltis a favor, goles dobles, expulsiones, robos de carta etc. Todo por un espectáculo donde juegan futbolistas como Ricardo, Alberto Bueno, Sergio García o Rubén de la Red.
Y luego está la última locura. El presidente de presidentes, es decir, Piqué que saca en el minuto 18 la carta que reduce el juego a la mínima expresión, es decir, reducir jugadores hasta el 2vs2. Así es la última locura de Piqué que terminará con una espectacular Final Four en el Spotify Camp Nou. ¿Qué será lo próximo, Gerard?
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