Al parecer, el ex árbitro Negreira y el Fútbol Club Barcelona están siendo investigados por una trama de tráfico de influencias. Esta consistiría supuestamente en el pago que realizaría el equipo culé al que fuera trencilla en tiempos en los que este era el vicepresidente de los árbitros españoles con el fin de poder obtener favores arbitrales.
Todo este enredo de corrupción tiene dos claros protagonistas; el primero Negreira que, por enfermedad, puede irse de rositas en caso de salir culpable y el segundo el Barça y en el que la Liga no puede, por el momento, meter mano en este asunto para condenar a los culés, tan solo podría hacerlo la justicia en cuanto ésta dictaminase sentencia.
Si un club con presupuesto tan abismal como el Barcelona es capaz, supuestamente, de comprar favores arbitrales, sumando que la ventaja que le da este hecho a comprar jugadores interesantes en los mercados de fichajes, los equipos de diferentes condiciones, especialmente, los más humildes… están perdidos. Me parece todo esto muy injusto.
El Barcelona lleva metido en temas de corruptelas durante mucho tiempo, tan solo hay que mirar a la historia para ver los dirigentes que han sido condenados por ello, incluso también jugadores que debían dinero a Hacienda y otros hechos que dejan el mundo del deporte y al propio club con una imagen que los socios, aficionados y seguidores del mundo del fútbol avergonzarían.
Todos esos títulos en las vitrinas ganados por el conjunto catalán no merecen ser manchados por este tipo de casos. Pero el rico siempre quiere más y más si es un rico codicioso como es el caso de este conjunto… o más bien de quien lo acaba dirigiendo o realizando movimientos desde los despachos. En definitiva, este caso tiene dos claras víctimas; la primera el fútbol español y la segunda el deporte en general. Veremos con el paso del tiempo cómo se resuelve este asunto.
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