Ya sabemos la fecha exacta en la que se realizará la famosa moción de censura con la que amenazaban los de Santiago Abascal al Gobierno dirigido por Pedro Sánchez y los socialcomunistas. Esta tendrá lugar el 21 de marzo y se prolongará hasta el 22 en el pleno del Congreso de los Diputados. Ramón Tamames se pondrá el traje de español, o eso es lo que se espera, para sacarle las vergüenzas tanto al PSOE como a Podemos.
No voy a adelantarme para afirmar con rotundidad si esta va a ser un acierto o un fracaso. Eso sí, quiero creer que la honestidad del candidato y su amor por España acabarán siendo claves para poder evaluarla de manera más arbitraria. Todo lo demás, activismo puro y duro en el que políticos y periodistas defenderán los postulados que les convienen por pura conveniencia y por sentimiento a unos colores, justito igual que lo que sucede en el fútbol. Aquí uno, como no está casado con ninguna formación, ya que simpatizo con cosas de unas cuantas, prefiero esperar para juzgar. Escuchar, observar, analizar y criticar… son los verbos que todo periodista debe contemplar.
Lo que siempre me produce -y, seguramente, lo seguirá haciendo- un profundo malestar, tiene que ver con las guerras entre el Partido Popular y Vox. Estas batallitas desprestigian la política en general, pero exclusivamente, los valores de toda formación que defienda las corrientes liberal y conservadora. Somos hermanos de la libertad individual y amamos nuestra patria… la disputa real no debe ser entre ellos, sino contra aquel que no mira realmente por España. Sus confrontaciones son las que realmente le dan un balón de oxígeno a Sánchez y no el que Tamames o la Virgen de la Macarena sean los candidatos presentados para liderar una moción de censura.
Entre los Feijóos y Abascales, ahí están sacándose las entrañas constantemente en vez de formar alianzas contra el enemigo común, contra el presidente del Gobierno, cuya gestión en esta legislatura no solo ha sido mala, sino nefasta. Los dos supuestos partidos que representan a la derecha siempre están con sus escenas de matrimonio y no se dan cuenta de que eso nos perjudica a todos, hasta a los que escribimos para defender los intereses de todos. Sí, de todos, nada de todos y todas ni palabros cutres. Y a todo esto, tanto los unos como los otros no se dan cuenta de que, a medio plazo, por mucho que les pese, están condenados a entenderse para formar un futuro gobierno de coalición, una vez que los españoles depositemos nuestro voto en las próximas Elecciones Generales. Ambas formaciones tienen mucho que cambiar. Probablemente más el Partido Popular que Vox.
Del Partido Popular lo que más me enrabieta tiene que ver con que Alberto Núñez Feijóo y los suyos vayan pidiendo que, a la hora de formar alianzas, se priorice con el PSOE antes que con Vox. Que lo pongan en práctica, que tengan los arraultzak de hacerlo -aquello que ponen las gallinas- como se diría en Euskera y ya veremos lo que sus votantes más coherentes acaban manifestando tras ello. Lo más seguro, que el PP acabe en el olvido como así lo hará Ciudadanos dentro de unos meses. Y si a esta acción le sumamos que los populares se han dedicado a ridiculizar la moción presentada por Vox… más de lo mismo.
Tanto al expresidente de la Xunta de Galicia como a sus acólitos del centro-centrado-descentrado les diré lo siguiente: No juzguéis y apoyadla y el tiempo será quien marque si esta es un triunfo o un fracaso. ¿Qué no prosperará? Seguro. Pero depende de vuestro discurso, quizás muchos de los que tengan pensado votaros… puede que dejen de sentirse identificados con los ideales que actualmente representáis. Esta moción no solo sirve para quitar y poner presidentes, también para ver de qué pie cojea cada uno de los líderes de partidos y sus correspondientes formaciones. El espectador y, por ende, el votante estarán al acecho.
En cuanto a la cruz de Vox, en cómo cargan constantemente contra el Partido Popular. Vale que, en la actualidad, esta formación parece más ‘progre’ que otra cosa, pero no hay que olvidar que quien mayormente desploma este país tiene nombre de apóstol y apellido muy español. No, no me refiero a Santiago Abascal, sino a Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha radicalizado su partido hasta tal punto que parece el mismo que antaño defendían el Lenin español también conocido como Largo Caballero. Sacar las vergüenzas ahora al PP no sirve para nada. Bueno, quizás para mandar al votante coherente a la abstención y que el socialista siga otros cuatro años más y eso, desde luego, no es lo que queremos los ‘antiprogres’.
Tanto a Santiago Abascal como a su núcleo duro y dirigentes varios les diré lo siguiente: Dejad aparcadas vuestras diferencias con el Partido Popular. Ya habrá tiempo, tras las diferentes elecciones que se van a dar, para que carguéis contra ellos. Excusas nunca faltarán porque le están comprando el discurso a la izquierda, pero ahora tenéis que verlos como el compañero de batalla y no el enemigo en la guerra, el cual es otro, el mismo que gobierna este país gracias a lo ‘mejorcito de cada casa’. Dejad el rencor a un lado, formad un binomio y aunar vuestras fuerzas porque, de no hacerlo, a quien engrandecéis será a ‘Pedro I de España’. ¿Eso es lo que queréis?
Volviendo al tema de la moción, a la estrategia de Vox la podemos ver desde dos variables contrapuestas: la primera, que con esta herramienta saquen las vergüenzas a Sánchez al mismo tiempo que desenmascaran a este PP descafeinado; la segunda, que acabemos tomando por el pito del sereno las mociones de censura, ahora que se hacen como churros y que, gracias a esta segunda realizada por Vox, el partido pierda fuelle por culpa del candidato propuesto. No obstante, como bien dije en el primer párrafo: el protagonista será ni más ni menos que el economista octogenario. Su honestidad acompañada de su amor por España, espero que, por el bien de lo común, acaben sirviendo para que, al menos, Sánchez quede como lo que es, un felón y un vendido ante los españoles.
Para concluir, quiero lanzar un alegato final a Partido Popular y Vox. Entiendo que os interese a los del PP seducir a los votantes de Vox y a los de Vox más de lo mismo. Pero aquí lo que importa es España y lo que necesitamos es que el sátrapa salga de las instituciones por todo el mal que ha generado por medio de sus políticas, además de por sus constantes mentiras. Si los dos actuáis como hienas… tendremos Sánchez hasta 2030. Señores políticos, recapacitad y pensad en todos aquellos españoles que os pagan vuestros suculentos sueldos… en vez de dedicaros a mirar exclusivamente por vuestros exclusivos traseros. Feijóos, Abascales, los dos estáis condenados a entenderos y somos muchos los españoles que no os lo pedimos, sino que os lo exigimos.
Periodista bilbaíno a jornada completa, anteriormente locutor en Cadena SER Miranda y al mismo tiempo articulista en diversos medios digitales. Amante del gimnasio y la naturaleza a tiempo parcial.
“Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”
-Steve Jobs.
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