Dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno

Desde los inicios de nuestra formación académica hemos aprendido que esta unión o enlace constituye la molécula del agua. Ciencia exacta que define algo consustancial a la vida misma en sus tres estados: sólido, líquido y gaseoso, que nos evidencian que es la clave de nuestra existencia. Ese ángulo de 45 grados constituye la práctica totalidad de nuestro soma.

Todos los asentamientos humanos desde la prehistoria se producen cerca de este preciado elemento. Antes de constituir comunidades estructuradas, siempre ha estado el agua como eje vertebrador y necesario, no solo en los humanos, sino también en toda la vida animal y vegetal. Alimentos, negocios, comercio y riqueza van ligados a ella. A todas sus bondades, el hombre, llevado por su afán de supervivencia o, lo que es peor, por su ambición, las gestiona en buena o mala dirección. El hombre, siempre titular de la conciencia, del razonamiento y de la lógica de la convivencia, queda muy por debajo de las capacidades convivenciales de los llamados seres irracionales, que nos dan lecciones día a día de comportamientos y conductas que, desde mi punto de vista, serían mucho más éticas que las humanas.

El agua es la sangre de la Tierra. Nos lo dejó escrito para la posteridad el gran Leonardo da Vinci, y eso lo sabemos bien en Murcia, donde la escasez en estas tierras sudesteñas ha hecho que se aproveche al máximo con inversiones en tecnologías que son exportables y punteras a otros territorios sedientos. El agua que no nos cae y lleva las ramblas y cuencas al barro es, de tarde en tarde, una tromba que arrasa todo lo que se le pone por delante, incluyendo vidas humanas. Romanos y árabes nos abrieron el camino de las conducciones alternativas, que han desembocado, tras pantanos, embalses y trasvases, en la necesidad de un Plan Hidrológico Nacional que pueda vertebrar hidrológicamente todo el territorio español.

Como veis, no hablo de Begoña, ni de extranjeros, ni de amnistías… Tampoco he tocado temas que abundarían en todo lo que nos está haciendo avanzar en sentido contrario al bienestar que propicia un trabajo que permita sostener a la familia. Todo está tan transversal en lo tocante a la convivencia entre las comunidades autónomas que aquí sí voy a mojarme en la crítica negativa con el tema de la titularidad de las aguas en España, porque se trata de algo de todos y para todos.

Durante siglos, la pugna sobre el agua ha estado en quién es el máximo responsable de esa justa distribución: si los particulares, los gobiernos de turno, las monarquías, los estados… Está más o menos definido en España que, a través de una Ley de Aguas sancionada por el Rey, se abordaría un Plan Hidrológico que dotaría a las cuencas cedentes de obras hidráulicas y a las receptoras idem, eadem ídem, con muchas más medidas que tienen que ver con los consumos humanos, regadíos y temas de industria, además del sector agrario.

La situación está siendo muy angustiosa para todos, máxime cuando este DESgobierno Sanchista ha conseguido distanciarnos a las comunidades autónomas en todos los aspectos de la convivencia, equilibrio distributivo y conciliador. Mientras Sánchez esté de presidente, olvidémonos de conciliar para mejorar de forma conjunta. 

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