Vaya semanita llevamos de información relacionada con personajes del papel cuché, del de antes, con la familia real implicada, y del más moderno, también reyes, pero del oscuro mundo de la corrupción política municipal y el folklore monetario. Y es que, cuando un servidor público o una folklórica demuestran más amor por el dinero que por sus responsabilidades o vocaciones lo que realmente demuestran es que el eje de sus vidas es ellos mismos. Quizás sea algo que también podríamos aplicar al emérito. Su hijo, Felipe VI, parece haber aprendido la lección de lo que no se debe hacer y afronta, con estoicismo, la herencia envenenada recibida.
Hoy, precisamente, y con la excusa de la celebración del 40 aniversario de la jura de bandera del rey, se han reunido los reyes con su hija Leonor y con el abuelo de ésta, el emérito, que no viene precisamente de méritos y que, si analizamos su significado según la RAE, daría qué pensar, ya que define al término como “que se ha jubilado y mantiene sus honores y algunas de sus funciones”. Pues no son precisamente sus funciones las que se ponen en duda estos días. Sin duda, el encuentro de hoy de be ser sumamente acalorado y resolutivo. Todo por la institución monárquica.
Menos mal, eso sí, que le ha caído en una época en la que la libertad individual evita el mayúsculo escándalo de lo que llevan muy pesado los renos en su cabeza en relación con la reina Sofía, eso ya todos lo tenemos asumido. Pero el uso de dinero público, fondos reservados, para pagar el silencio de la vedette poco bien le hace a la monarquía y a esta familia, por no decir a la institución de la monarquía en España, ya que podría alentar más aún los vientos de aquellos republicanos que exigen la perfección en la misma mientras muestran total tolerancia a los escándalos que se producen en las filas de sus correspondientes partidos políticos… y sus familias. Pocas veces, o quizás nunca en la historia conocida de nuestro país el honor ha estado tan devaluado y la honra a tan bajo precio y eso, os aseguro, tarde o temprano, todos lo pagaremos.
Respecto al otro asunto, el de la tonadillera, porque es un asunto de tonadillera, la muerte de la persona con más casos de corrupción política juzgados e imputaciones al respecto, no sería sino una anécdota más en los diarios de nuestro país si no hubiese sido por su relación con Isabel Pantoja. Ojo, y no me veía yo escribiendo sobre estas cosas, pero entiendo como inevitable hacerlo teniendo en cuenta en cuánto afecta este tema no sólo a la política de una época, sino a la conciencia social y a la libertad de algunos medios para blanquear públicamente a personajes condenados por la Justicia.
Y con ello hago referencia tanto a Julián Muñoz, expuesto pos sí mismo en una entrevista póstuma en un programa especial dedicado a su historia de arrepentimiento, a la vez que de venganza hacia la trampa en la que pudo caer y que le dejó el corazón y el orgullo rotos; una trampa en la que nadie le obligó a entrar, por cierto, pero que bien que la disfrutó públicamente en su momento, con mucho orgullo y mucho despotismo ante la prensa y ante la sociedad, gastando a espuertas lo que en la entrevista reconocía había sustraído ilegítimamente a los ciudadanos de Marbella.
Pero quizás lo que más llama la atención es que, después de condenados y de salir dela cárcel, su ex mujer, mujer de nuevo recientemente, y él mismo se han seguido beneficiando de su condición en platós de televisión con contratos para salir en pantalla. La condición de personajes del mundo rosa les permitió dar una imagen personal, hablar de lo buena persona que fue en vida el ex alcalde, como si eso borrara sus delitos, por mucho que los haya pagado con años de cárcel. Eso sí, el dinero nunca fue devuelto, por lo que eso de que ya pagó sus delitos, algo expuesto en ese medio televisivo y reiterado en diversas ocasiones es más que cuestionable.
Por cierto… hablando de familias, y a pesar de que no sale a estos niveles en medios de comunicación de nuestro país y los periodistas temen posicionarse, habría que hacer un pequeño comentario sobre la última decisión de la Justicia en torno a la incautación de los correos electrónicos del hermano de Pedro Sánchez, lo que más me inquieta es que el propio hermano y sus abogados no quisieran que se tuvieran en cuenta, algo que no suele ocurrir en personas que no tienen nada que ocultar. Pero bueno, no voy a ir más allá de ello. Lo cierto es que tenemos un presente muy turbio y eso suele ocurrir cuando el futuro se va a poner negro… al menos para algunos.
Periodista, Máster en Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos por la Universidad de Granada, CAP por Universidad de Sevilla, Cursos de doctorado en Comunicación por la Universidad de Sevilla y Doctorando en Comunicación en la Universidad de Córdoba.
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