¿Se acostaría conmigo por un dólar?

Groucho Marx estaba en una fiesta donde conoció a una señorita a la que se apresuró a abordar.

  • Disculpe señorita, ¿se acostaría conmigo por un millón de dólares? Por supuesto, contestó la dama sonriendo.
  • ¿Y por un dólar?, preguntó de nuevo Groucho.
  • ¡Oiga, qué se ha pensado que soy!, exclamó la dama indignada.
  • Lo que es, ya ha quedado claro. Ahora discutimos el precio, sentenció Marx.

Asistimos en estos momentos a la negociación de unos presupuestos generales del estado que, desde hace años, dejaron de ser una herramienta para la viabilidad del estado del bienestar y pasar así a convertirse en un elemento de coacción al gobierno de turno para recibir prebendas partidistas.

Lamentablemente, los partidos que se dicen nacionales nunca supieron hacerse valer en estas negociaciones, a diferencia de los partidos nacionalistas expertos en el chantaje al gobierno de cada momento, mediante aquella máxima de “plata o plomo”. Algunos en sentido figurado y otros en sentido literal. Desde González hasta  Zapatero y Sánchez, pasando por Aznar y Rajoy, todos ellos cedieron a las exigencias nacionalistas que no hacían más que acentuar la fragmentación territorial afianzándose de esta forma en el poder.

Y en estos momentos de mayor fragilidad de nuestra democracia, esta situación no ha hecho más que acentuarse. El peor gobierno de la historia de nuestro país se encuentra con unos partidos de la oposición entregados, capaces de encamarse con el gobierno social comunista por un dólar. ¡Que digo por un dólar! Unos partidos de la oposición dispuestos a pagar, electoralmente, con tal de encamarse con este Gobierno de Sánchez e Iglesias.

Por un lado encontramos a Inés Arrimadas, quien como aquella señora de la historia de Groucho, se finge indignada cual doncella mancillada en su honor, a la vez que se presta voluntariosa a colaborar con el gobierno de Sánchez y todas sus rémoras nacionalistas y comunistas.

“No vamos a apoyar otro Estado de Alarma si no se aprueban las medidas legislativas que eviten tener que aprobar otro Estado de Alarma” decía Inés Arrimadas en mayo de este mismo año. Y en el mes de octubre, ahí estuvo Inés para apoyar la suspensión de nuestra democracia por meses.

“No aprobaremos unos presupuestos confeccionados por Podemos” decía Arrimadas. Y hace poco anunciaba su apoyo a los PGE ya que había conseguido gracias a unas intensas negociaciones, que no se subiera el precio del gasoil. Ese era el dólar por el que Inés Arrimadas se fue de la mano de Sánchez.

Ahora la líder de C’s anuncia que no apoyará los Presupuestos Generales del Estado si se mantiene la derogación del español como lengua vehicular en las comunidades bilingües, pero ¿quién cree ya a Inés? Por otro lado, tenemos a los populares, con Pablo Casado al frente, implacable en la crítica a Santiago Abascal, complaciente en los hechos con el Presidente del Gobierno y sus socios nacionalistas y terroristas.

Como en cada una de sus intervenciones, se carga de argumentos para acto seguido votar lo contrario de lo que plantea en su discurso. Ahí estuvo Casado para respaldar al gobierno socialcomunista ante la moción de censura planteada por VOX y ahí estuvo también el Presidente Popular para respaldar la suspensión de nuestra democracia para los próximos meses. Al menos Inés Arrimadas ha obtenido su dólar en cada negociación, Pablo Casado ni eso.

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