¿En dónde está mi hijo y en dónde están las agallas?

¿En dónde están nuestros hermanos, hijos, mujeres, jóvenes, niñas? ¿Existe un tema más urgente y relevante que este? Además de que se les roba la vida, regularmente se les difama y deshonra, sin siquiera llevar una carpeta de investigación como lo marca la ley, para aclarar los hechos. Efectivamente, no es ninguna novedad que algunos desaparecidos hayan estado involucrados con el narcotráfico, pero de eso a suponer que todos hayan desaparecido por esa razón, es degradante, y obviamente una oportunidad muy cómoda de justificarse para la delincuencia de cuello blanco que existe en México.

¿Los niños que han desaparecido también se desempeñaban en ese ambiente? Los periodistas o familiares de periodistas y activistas en Derechos Humanos, incómodos para grupitos políticos, ¿también estaban involucrados en esos negocios? ¿Ellos se provocaron el daño obrando mal o simplemente existen otros intereses de por medio?

Cuando se abre una investigación al respecto, y se entregan elementos para esclarecerla pero no hay respuesta, cuando se solicita la inmediatez de la revisión de cámaras de video vigilancia urbana, y lo postergan, cuando se encuentran cuerpos y no le dan seguimiento a las investigaciones ni respuesta alguna de avance a los familiares, dejan mucho que desear.

No se quiere pensar que las acciones de las investigaciones están contaminadas por intereses personales, ni que lo más fácil para mantener una imagen política, es pagar una nota en donde se anuncie con bombo y platillo el hallazgo resuelto de una sola persona. No se quiere pensar que con todo eso buscan que a la sociedad civil se le olvide el resto de los desaparecidos, no se quiere pensar que intentan distraernos iniciando polémica con cualquier nota en donde nos dividan entre mexicanos e incluso intenten enemistarnos con otros países. Por qué en México son contados los mandos o candidatos a, que tengan la suficiente capacidad intelectual para dar resultado sin recurrir a estrategias de división y muerte, que reflejen la calidad humana de la mayoría.

Estamos en la era de la información, y quien quiera permanecer sólidamente en la vida pública, tendrá que hacer lo correcto. No solamente desviar la atención minimizando los hechos, por ejemplo, si esta nota se publicara en un Diario Alemán, se inventan otra nota no relevante, demeritando al gobierno de ese país, creo que no es suficiente. La sociedad civil conoce datos, sabe que la cifra de desaparecidos en México asciende en promedio a 80mil personas, a partir del año 2006, de los cuales aproximadamente 13.500 son adolescentes y niños y de la que 65% son mujeres; y que con las incesantes desapariciones, esta sucesión de actos de violencia, estamos siendo todos víctimas de terrorismo, infundiendo miedo en la población, aún más cuando no se hace justicia. De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), se destinará la suma de 223 millones 755,700 pesos, el 4.84%, a la acción del gobierno definida como ¨Seguridad y Paz para México¨, entonces que está sucediendo? ¿Deberíamos de cambiar las políticas públicas o cambiar de raíz a los públicos políticos de siempre?  Ver a cada uno de ellos por lo que es, no con la máscara colorida de un partido político, porque de igual manera que no se debe generalizar con los desaparecidos, sería injusto generalizar con las personas que ejercen o intentan ejercer la política.

La autoridad desestima las exigencias de familiares, con una ausencia de respuestas. Un claro ejemplo es el estado de Sonora en donde las labores de búsqueda se llevan a cabo prácticamente por grupos que conforman los mismos familiares de desaparecidos, como el grupo “Madres buscadoras de Sonora”, que con recursos propios a partir del año 2019 han tenido alrededor de 300 hallazgos sin vida y 100 con vida, hasta recientes fechas en vísperas electorales, se les acercan esporádicamente una que otra autoridad, pero las respuestas, resoluciones y apoyos brillan por su ausencia. Los desaparecidos, se pueden ver como solamente cifras, pero, ¿como se mide el dolor profundo de una madre, de unos hijos, de la familia? ¿Cómo y cuándo va a llegar una respuesta?

Hay que tener claro que la lealtad y el respeto se ganan. Lo mismo sucede con la autoridad que, a pesar de oficializarse con un cargo público, se debe posicionar moral y civilmente. Un supuesto eje rector del actual gobierno es, “No puede haber paz sin justicia”, pero por lo pronto, solo es de palabra, al igual que otras tantas promesas parecidas en gobiernos anteriores. Y siendo honestos, actualmente en México, si comparas a un delincuente de cuello blanco con uno del narcotráfico, genera cierta simpatía el segundo por el simple hecho de que sabemos que pudo haber llegado a eso por circunstancias externas que tal vez lo orillaron, claramente eso no lo justifica, pero uno de cuello blanco con estudios y oportunidades cae más bajo, porque sencillamente, cae de más arriba.

Lo que quiere la sociedad civil es: no perder más vidas. PAZ, UNIÓN Y SABER EN DÓNDE ESTAN TODOS ELLOS.

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