¿Se avecinan elecciones? Pactos y estrategias

Ha llegado tal momento en la política de este país que bien parece que se tratara de una guerra fratricida en la que la esperanza es sobrevivir, alcanzar el poder sobre los otros o mantener a cualquier precio el poder conseguido. Y es que, como bien dijo el gran José Mújica, “el poder no cambia a las personas. Sólo revela lo que realmente son”. Pues bien, ya sabemos lo que son aquellos que en estos momentos están en el poder. Pero vayamos más allá y centrémonos en dos situaciones muy concretas. Por un lado, la delicada situación del Gobierno de coalición PSOE-UNIDAS PODEMOS y, por otra, la aparentemente calma tensa en las relaciones entre el Partido Popular y Ciudadanos y lo que podría estar fraguándose en Andalucía.

Respecto a la situación calamitosa de un Gobierno superado por el maremoto de sus contradicciones, el desastre económico, los datos de un 200 por ciento de deuda respecto al PIB, la subida de bienes absolutamente necesarios y elementales como la luz o los carburantes (que condicionan a la subida el precio de todos los productos y servicios en el peor momento), las relaciones con aquellos partidos independentistas que quieren barrer la España constitucionalista del 78, los indultos a los políticos presos condenados por el 1-O, la pésima gestión de las relaciones internacionales (véase no sólo el caso de Marruecos, sino también el de Reino Unido, Estados Unidos o la pésima posición de poder en la mismísima Unión Europea, que no se cree ya absolutamente nada de este Gobierno)… poco más hay que decir que la situación que todos los ciudadanos estamos viviendo en nuestros propios ahorros, quiénes los tengan, y en sus perspectivas laborales, sociales, de supervivencia.

Se habla claramente en los mentideros de una posible crisis de Gobierno tras la aprobación en los próximos días de los indultos; precio, por otra parte, pagado para poder mantener un apoyo imprescindible para ese mantenimiento del Gobierno en el Congreso. Se habla, además, de una renovación de los ministros. Haciendo revisión de aquellos que podrían ser incómodos o han estado sumidos en la polémica es muy probable que Sánchez se quedara solo y con ganas de inmolarse para poder acabar con una crisis que ha sido perenne desde que asumió el poder tras la moción de censura apoyada por los enemigos de España.

Pero hay otros puntos fuertes y de necesario análisis en el gráfico de la situación. PODEMOS ha perdido a su líder por el camino de la avaricia y se enfrenta a un V congreso sin éste y sin algunas de sus cabezas más destacadas. Momentos de desconcierto que se traducen en unas encuestas que reflejan que la caída en votos puede ser tan relevante como la que tradicionalmente acompañaba a IU en sus elecciones. Vamos, que PODEMOS ni sumaría ni restaría al voto de los del PC y compañía.

Hablamos de un partido que es el socio de Gobierno del PSOE, un Partido Socialista que tampoco sale muy bien parado en las encuestas y que cede el terreno suficiente al PP como para que éste pudiera gobernar en un hipotético caso con los del VOX de Abascal. Casi nada. Y esto podría producirse gracias a que el PP recogería votos de su sangrienta estrategia de acoso y derribo a los de Ciudadanos y a los desencantados que nunca abandonaron el bipartidismo y decidieron votar a un Sánchez hoy desgastado hasta la médula.

Pues bien. Quizás en el mundo de las estrategias y ante la posibilidad de perder el poder, de plantearse unas elecciones, no sería de extrañar que los de Sánchez intentasen llegar a un acuerdo con los que fueron el partido de Iglesias, para concurrir juntos a las elecciones con el fin de sumar más escaños y arrebatar a la derecha sus opciones. Sería su única salida posible y ya sabemos cómo funcionan a la desesperada aquellos que no quieren perder sus prebendas ni posicionamiento. Aquellos que nunca serían capaces de asumir una derrota.

¿Veremos producirse esta situación próximamente? Pues no sería de extrañar viendo la urgente necesidad de los del PSOE de convocar elecciones antes de finalizar el año. A ser posible tras el verano. ¿La razón? Evitar el momento del fin de los ERTES, la subida del desempleo, la crisis económica derivada de la subida de las energéticas, la crisis de identidad ideológica, la necesidad de negociar el apoyo de los independentistas antes de tener que prestar más concesiones a título de poder seguir en el poder en esta legislatura… Todo parece más marcado por los acontecimientos que se avecinan que por el deseo expreso de los protagonistas y sólo una coalición electoral entre ambos partidos podrían dar esperanza de continuidad al proyecto de este Gobierno. Para ello UNIDAS PODEMOS debería, no obstante, que rebajar su discurso y enfocarlo más en lo social ya que tienen a otro enemigo amigo a su lado que se llama Más País al que deben hacer sombra ideológica, posiblemente asumiendo parte de sus postulados. Está claro que Iglesias no se quitó del medio en cualquier momento, sino en el preciso para poder justificar muchas cosas. También auguro, a medio plazo, el retorno del otrora vicepresidente de largas melenas. Todo dependerá de cómo se desarrollen los acontecimientos.

El otro tema de crucial importancia es el del Gobierno de Andalucía. Tras el desastre para Ciudadanos en Madrid a cuenta de los errores cometidos en la gestión de la crisis de Murcia y su moción fallida de censura el Partido Popular se lanzó a la caza de los cargos públicos de Arrimadas usando para ello al incombustible Fran Hervías, otrora figura clave del partido naranja que, tras exprimir todo su zumo, prometió a los de Casado el mayor número de cáscaras en forma de trofeo.

Pues bien, la nueva crisis entre ambos partidos, que por otra parte ejercen en el Gobierno Andaluz con una eficacia y aparente armonía digna de elogios, arranca del desencuentro a cuenta del Gobierno municipal de Granada. Según el PP municipal, se negoció que Ciudadanos presidiera la mitad de la legislatura el consistorio para, posteriormente, ceder el mando a los populares. El actual alcalde naranja, Luis Salvador, niega este punto y asegura seguirá siendo alcalde hasta el final de la legislatura.

Y es que esta nueva crisis entre ambos partidos, después de todo lo pasado, y viendo lo que reflejan las encuestas, quizás podría ser el elemento que usara Casado desde Madrid para forzar a Moreno a una convocatoria electoral en Andalucía con el fin de afianzar el poder en esta región y usar el triunfo como nuevo espaldarazo a sus propias ambiciones de llegar a Moncloa. Esto, por supuesto, sabiendo lo favorables que le son las encuestas. El presidente popular quiere, por todos los medios, acabar con cualquier esperanza para los de Arrimadas y el co-Gobierno en Andalucía, con sus magníficos resultados, es algo incómodo para él. Y lo es más aún cuando las encuestas reflejan una ligera recuperación de Ciudadanos que, si alcanza la estrategia política y de comunicación correctas, podría dar al traste con las intenciones de los populares y su líder.

Entre medias queda el objetivo claro y firme de intentar “comprar” a los cargos de Ciudadanos para restar poder y evidenciar la deriva que ya no es tal. Pero ojo, en Andalucía, como la mayoría de las veces, Hervías podría tocar en duro si pretende conseguir esos fines. Una pista… en Ciudadanos Andalucía se avecinan primarias.

Por lo pronto el Presidente Andaluz, el popular Moreno Bonilla, no tiene el más mínimo interés en convocar elecciones en Andalucía. Así lo recalcó hoy la Consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliazión de la Junta, Rocío Ruiz, en Córdoba, asegurando que los planes de este Gobierno de coalición no pueden pararse hasta el final de la legislatura ya que hay que sacar adelante leyes que son fundamentales para el desarrollo de la región tras la grave crisis provocada por la pandemia, destacando entre los proyectos de su propia consejería una Ley de Infancia y Adolescencia que aclaró será fundamental para la protección y mejora de las condiciones de vida y desarrollo integral de estos.

Y es que parece ser que los intereses de los andaluces, para el Presidente de la Junta de Andalucía están muy por encima de los intereses del presidente de su partido, Pablo Casado. Este juego de poder de seguro dará que hablar en un futuro ya que el andaluz se ha convertido en un barón popular con mucha influencia y popularidad gracias a una buena gestión de los recursos de la Comunidad en un Gobierno que no sería posible sin el arduo trabajo de las consejerías de Ciudadanos. Es posible que Ciudadanos sea el pie que le pudiera faltar al Partido Popular para pisar tierra firme y conectar con la verdadera sensibilidad de aquellos que están llamados a gobernar. Hay quien dice que Bonilla es más de Ciudadanos por sus obras que del porpio PP. Lo cierto es que la relación entre ambos partidos y su relación con el máximo dirigente de los naranajas, Juan Marín, es inmejorable.

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