Prostituta hasta que la muerte nos separe

Antes de que el suelo se abra debajo de mis pies y la tierra me trague, empiezo a deslizar mis dedos, a más de 400 pulsaciones por minuto, para plasmar mi primer artículo de opinión, sin darme la oportunidad de pensármelo mucho más, que me arrepiento… No pretendo convencer a nadie de nada, solo compartir con ustedes, cómo veo ciertas cosas que suceden en nuestro entorno e invitar a la reflexión. Luego la opinión, es propia y libre de cada uno como ya saben.

El otro día leí que la filósofa catalana Laura Llevadot, con el motivo de su entrañable libro: “Mi herida existía antes que yo. Feminismo y crítica de la diferencia sexual”, ha declarado que “las mujeres se han prostituido en los matrimonios y sin cobrar”. Pensé que podría estar sacado de contexto o que la codicia por los clicks alteraban una vez más lo dicho en original con un titular obsceno. Pero no, aún era peor, ya que añadía: “Cómo reconstruirse cuando se mata al fascista”. La verdad es que no he leído el libro, pero con ese titular y esas declaraciones, ya empezamos mal. Creo que ese no es el camino.

Y es que como mujer que soy, llevo unos años sintiendo ataques constantes, pero no precisamente del machista de turno, si no de este tipo de activistas que, por ser yo una mujer que disiente de ese tipo de discurso, nos dicen cosas como que no nos merecemos todos los avances que sólo mujeres como ellas, nos han puesto en bandeja. Menos mal que no estaban ellas en décadas anteriores, si no ahora nos estaríamos matando. Hemos llegado a estos días gracias a un feminismo mucho más moderado, sobre todo en las formas en las que no se mostraba ese odio, del que constantemente dicen ser víctimas, pero que evidencian paradójicamente ellas contra los hombres, ya por el simple hecho de que se juntara la X con la Y. Se han apropiado de una lucha que no les pertenece y menos, de ese modo. Nos pertenece a todas, bonita.

Ese camino solo nos lleva a más desigualdad entre hombres y mujeres, buscan una incomprensible supremacía femenina. Esta señora ha convertido de un plumazo a todos nuestros padres, abuelos o bisabuelos, en fascistas y proxenetas y a nuestras madres, abuelas o bisabuelas, en prostitutas, aunque si encima lo hacían gratis, el calificativo aún sería peor. Yo desde luego, me lo ahorro.

Últimamente observo con incredulidad que se analizan hechos de años o siglos pasados con las gafas de la actualidad. No es lo mismo quemar brujas en la edad media, que no justifico en ningún caso, que se quemaran hoy en día. De la misma manera, no es lo mismo formar una familia en la actual sociedad que en la de hace setenta o cien años donde la cultura era totalmente distinta. Las mujeres estaban exclusivamente dedicadas a sus labores domésticas que eran: encontrar marido, tener hijos, criarlos y cuidar del hogar. No eran prostitutas por ello, ni metafóricamente. Los hombres, no entendían otra función que, encontrar esposa, buscar el sustento para su familia y sacarles adelante. Y existía el amor, claro que existía.

Hubo, hay y habrá matrimonios de conveniencia, matrimonios que con los años no se soporten y que por motivos económicos, sociales o laborales no sea fácil tomar la decisión de separarse. De sobra es sabido que en culturas aún vigentes obligan a casarse a niñas con su primera menstruación. Ahí es donde tenemos que poner el foco, pero no generalicemos. Muchos matrimonios, aunque no se lo crean, ¡eran felices!

Lógicamente y gracias al impagable papel del tipo de feminismo moderado al que he hecho referencia, la sociedad ha ido cambiando y todos nos hemos ido ajustando a dichos cambios, dándonos más libertad a las mujeres. La lucha feminista llena de odio no la comparto en absoluto. Solo nos lleva al enfrentamiento. Los hombres y las mujeres estamos para complementarnos, no para enfrentarnos.

España es un país que se encuentra entre los primeros países del mundo en igualdad. Un país donde las mujeres podemos elegir estudios, podemos prepararnos para la profesión que queramos, podemos divorciarnos, podemos ser madres, solas o acompañadas, podemos emprender y, en definitiva, podemos juntos, hombres y mujeres convivir en paz y ser felices.

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8 Comments

  1. Hola Raquel. Gracias por tu artículo. Cada vez es más necesario que personas como tú, independientes, sensatas, con conocimiento de causa y, por lo tanto, de aquello de lo que hablan, emitan, no solo su modo de ver las cosas, sino datos fehacientes y objetivos de aquello que han vivido en carne propia.
    Ya estamos hartos de que haya terceros que nos cuenten nuestra propia vida, tergiversada, con un enfoque ideológico que apesta a intereses de dinero y de poder, y siempre con una versión cuyo principal cimiento es el establecimiento de un juicio de valor, por el que se inventa un enemigo demoníaco, al que debemos odiar y sumarnos a campañas bélicas como si fuéramos ganado.
    Ya estamos hartos de que la gente que sí ha vivido historias incompatibles con las versiones progre de la vida, permanezca callada, silente, atemorizada por las presiones sociopolíticas o con una actitud simplemente pasiva que las va enterrando cada vez más, bajo un relato falso de la vida y de los hechos.
    Hacen falta voces como la tuya, para que quede claro en qué consiste ser una mujer de verdad y no una marioneta sumida en una masa de componentes despersonalizados y reducidos a simple sumatorio de los efectos nocivos de una propaganda bélica que destroce a la sociedad, la armonía, la convivencia e, incluso, las tasas de natalidad.
    Un enorme aplauso por tu estreno.

    • Muchas gracias Carlos por tu lectura, comentario y valoración, viniendo de tí me hace especial ilusión.
      Muy de acuerdo con todo tu análisis. Seguiré defendiendo la libertad y la igualdad y el papel de cada uno en la sociedad que no siempre es el mismo ya que venimos a aportar cosas diferentes, hombres y mujeres. Y como digo en el artículo, estamos para complementarnos, convivir y amarnos, no enfrentarnos y mucho menos odiarnos.
      Un abrazo.

    • Muchísimas gracias Susana, claro que sí, somos mujeres y precisamente esa libertad ganada en años evolución nos tiene que servir para seguir defendiendo que nadie nos diga lo que tenemos que hacer o pensar y mucho menos odiar.

    • Muchas gracias a tí por tu lectura y comentario. Debemos parar este activismo absurdo que solo trae odio y enfrentamiento entre hombres y mujeres. No buscan la igualdad.
      Un abrazo.

  2. Gracias por tu artículo.
    Siempre es un soplo de aire fresco, una opinión contraria a las que venimos oyendo machaconamente en los medios.
    Me parece una estupenda aportación que no había oído antes, el hecho de que las mujeres ya conseguimos la igualdad por nosotros mismas, si bien difiero en que esa igualdad se empezara a conseguir tras el régimen anterior.
    Te puedo asegurar que en los años 60 y 70 estaban escolarizadas todas las niñas sin distinción de programas educativos con los niños y muchísimas de mis compañeras de colegio empezaron sus estudios universitarios y el ejercicio de sus profesiones antes del cambio de régimen.
    Espero que sigas aportando tus opiniones ya que son necesarias en la época que vivimos.

    • Gracias Valle! Intentaré seguir aportando mi granito de arena. Es que también se han ocupado de sesgar la historia y el pasado y parece que justo antes de la democracia se vivía en las cavernas. Pero documentarse y leer solo parece que pertenece a unos pocos.

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