Su única enseñanza: la desculturización

Al igual que la cultura no es solo el conjunto de costumbres que comparte un pueblo, tampoco podemos pretender promoverla con un bono de 400€ por cabeza. Un Gobierno que intenta comprar el voto de los jóvenes a través del consumo de la cultura solo demuestra cojear del aprendizaje de esta.

Es de conocimiento general que, en la actualidad, no podemos presumir de una sociedad con una erudición destacable pero bien es cierto que como alguien a quien no le gusta generalizar también debemos ser conscientes de que existe un grupo de personas que sí que nos preocupamos por el aprendizaje continuo. Tenemos mentes críticas que nos permiten no quedarnos con el primer titular que leemos o la primera sandez que nos intentan vender como espectadores de todo este mejunje político que tenemos hoy en día.  

Sabemos de cajón que una de las fuentes principales que inculcan cultura desde las sociedades más antiguas es la educación que se enseña en las aulas. Al final, independientemente de la forma individual que decidamos aprender sobre aquello que más nos interesa, sobre lo que nuestra familia nos enseñe, es en los centros educativos donde aprendemos sobre materias más específicas, desde leer, sumar a la historia de España. Sin embargo, a lo largo de los últimos meses hemos podido ver cuál es la finalidad de un Gobierno socialista: empobrecer la educación, lo que a su vez implica aumentar la desculturización.

Todos estos cambios repentinos, que si el formato de la prueba de acceso a la universidad, que si las asignaturas impartidas en la ESO me han llevado a preguntarme cuál es el objetivo real de todo esto, porque está claro que mejorar el sistema educativo no es uno de ellos. Solo se me puede ocurrir una respuesta breve “adoctrinamiento”, quizás suene brusco decirlo de tal manera, pero ¿Cómo se va a consolidar una democracia con futuros votantes que no conocen la filosofía? Y como les parecía poco, han decidido tapar estas decisiones con que los currículos anteriores eran «demasiado enciclopédicos» permitiendo así el lujo de reducir los contenidos de materias como matemáticas o economía.

Para poder revertir esta situación solo nos queda una solución; reivindicarnos y no solo a través del voto, sino demostrando nuestras ganas por aprender, que los jóvenes no nos dejamos comprar porque sabemos que la cultura se aprende abriendo un libro y no graduándose sin límite de suspensos. Pero la incógnita de cómo ve a los jóvenes este desgobierno solo reside en dos opciones: o no nos creen capaces o nos ven tan capaces que tienen miedo de que les pongamos a las puertas de la Moncloa que, sin duda, ya pueden ir escarmentando porque va a pasar.

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1 Comment

  1. Totalmene de acuerdo.
    Como me animan y alegran estas jóvenes inteligentes, que saben que el poder siempre quiere borregos, con el estomagito lleno y la cabaza vacía.
    Gracia por ese artículo tan excelente.

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