“Solo veo los documentales de La 2”, “soy adicto a las series” … ¡blablabla! Que reconozcan que todos estábamos deseando que comenzara la nueva edición de La Isla de las Tentaciones. Seguro que hasta Irene Montero sintoniza de vez en cuando la cadena amiga para comprobar que sus ideales de liberalismo sexual van por buen camino.
Y quien se resista a tener delante de sus ojos carnaza paseando por playas idílicas, siempre puede sintonizar el canal de La Moncloa y disfrutar de “El Gobierno de las Tentaciones”, con un Pedro Sánchez como protagonista tentador o tentado que no desea abandonar la isla, lo de solo o acompañado es lo de menos, él lo que pretende es seguir presidiendo el Gobierno caiga quien caiga, le pese a quien le pese. Para ello, el amado líder se mueve entre la pasión y el deber, entre el amor y el odio, entre lo humano y lo divino, porque cuando se trata de mal dirigir el país, todo vale; que hay que pecar, se peca, que hay que mentir, se miente, que hay que traicionar, se traiciona… sin miramientos.
Hace unos años, en el Hollywood dorado, la tentación vivía arriba; ahora en España, la tentación le llega a Sánchez por el sur, geográficamente, y por la derecha, ideológicamente. La que ha liado Juanma Moreno decidiendo suprimir el impuesto sobre el patrimonio. Lo más lógico sería reconocer que se trata del gravamen más vergonzoso del sistema fiscal nacional. Ya lo dijo en su día el hasta ahora peor presidente de nuestra democracia, Zapatero (hasta ahora porque hoy en día alguien le ha superado), pero no, la izquierda en bloque, es decir, los partidos de los trabajadores, del pueblo y, según ellos, del progreso, se han empeñado en continuar dejando que les roben un poco más. Cornudos sí, pero solidarios, que, si no nos quedamos sin sanidad, educación, sostenibilidad… Es más, el máximo representante de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig ha ido un paso más allá, este se ha lanzado de cabeza al jacuzzi: ¡ha pedido que se sancione a las comunidades que bajen los impuestos! Por favor, que le lleven a la hoguera de confrontación ya, o directamente, que lo tiren del reality porque la verdad es que méritos está haciendo.
Otra de cornamentas. ¿Quién se acuerda de lo que tuvo que soportar Amancio Ortega cuando donó equipos médicos a distintos hospitales? La izquierda progresista se cebó con el de Inditex (mire usted que le tienen manía a la comunidad gallega). Y ahora resulta que el señor presidente del Gobierno va a donar unos cuantos millones de euros a la fundación de Bill Gates. La labor filantrópica del fundador de Microsoft es admirable y toda contribución es poca, pero tal y como está la nación, la fotografía le ha salida cara a Sánchez, o a los españoles, claro. De nuevo, suena la alarma en playa paraíso.
Pero como las sacas están repletas de dinero, seguidamente toca demostrar la fidelidad al partido que le sustenta. Otros cien millones para desarrollar políticas de igualdad de género. Sinceramente, leer el BOE con el Partido Socialista gobernando, es como la renovación de Messi o Mbappé, hablan de millones como de tomar unas cañas. El agujero que van a dejar en las arcas es más grande que el de la capa de ozono, que supuestamente dicen defender y proteger. Sandra Barneda no daría a basto con tanta hoguera.
Claro que los cuernos más grandes que les pone el jefe del Ejecutivo a los españoles es cada vez que pacta con Bildu o con los independentistas catalanes. Acercamientos de presos, desobediencia a las sentencias sobre el uso del castellano en los centros educativos… El votante socialista que se creyó todas las mentiras de su dirigente no puede pasar por el Arco del Triunfo. Y la última muestra de egocentrismo de Sánchez es anunciar a bombo y platillo su candidatura a presidir la Internacional Socialista. Es que el amor propio de este hombre no tiene límites. Algún Pepito Grillo le susurró al oído que su labor al frente del Gobierno de España es admirable y se lo ha creído. Pero qué fácil es morder la manzana… que tiemble la izquierda mundial porque con un líder de esta calaña, corren el riesgo de desaparecer para siempre. Esta vez las alarmas u hogueras no serían suficiente, el desastre sería histórico.
En cualquier caso, a los buenos ciudadanos de este país, aún les quedan muchas infidelidades por soportar, unas consentidas (es que no aprendemos) y otras disfrazadas, y por supuesto, de lo que no cabe ninguna duda es que de aquí a final de legislatura “Pedro, hay más imágenes para ti”.
Muy bien, pero la fundación Gates está detrás del nuevo orden mundial