Cuesta mucho decir la verdad en un país como España, donde gracias a cuatro dementes y a quienes les votan, los animales gozarán de más derechos que un no nacido. Es más, tú tendrás que hacer cursos para cuidar a un perro, no sea que llegues a gritarle y traumatices al pobre chucho. Pero al contrario de lo que muchos piensan, todo está estudiado dentro de un plan magistral que avanza rápido y, aparentemente, sin fisuras.
El tan manoseado: “No tendrás nada y serás feliz” está cada día más cerca sin que parte de la población perciba el tremendo desastre que ello supondría, tanto para el individuo, como para la sociedad en general. Así que intentar privar a las personas de sus mascotas sería tan solo uno de los objetivos de la Agenda 2030, de la que algunos huimos como de la peste. Cerrar granjas por el supuesto “maltrato animal” nos llevará a hambrunas y a revueltas sociales sin precedentes.
Los humanos han convivido con los animales durante siglos; claro que hay mucho cafre maltratando perros, gatos o a cualquier animal y, por supuesto, se ha mejorado mucho el cómo se les sacrifica y trata en las granjas, pero poner a un animal a la misma altura que el hombre es una burrada, nunca mejor dicho. Porque podemos llegar al surrealismo, es decir, que un perro denuncie a su dueño y éste acabe entre rejas si dejamos que las mentes calenturientas de determinados ministros de este gobierno Frankenstein, logran legislar sin tener ni puñetera idea de ello.
Vivimos mucho peor que hace 40 años, eso es innegable, al menos, los que tenemos edad suficiente para contarlo, éramos más libres y por supuesto más ricos. Pero a cambio de seguridad vendimos nuestra alma al diablo y ahora estamos pagando las consecuencias. Europa es ya una zona inhabitable con miles de leyes hechas por corruptos que sólo pretenden enriquecerse. Nos mienten y asustan para hacerse con todo y lo peor es que la masa aborregada canta feliz el Imagine sin comprender que es el nuevo esclavo, aunque no pueda ver sus cadenas. Te han convencido de que donde mejor están tus padres es en una residencia, de que tener hijos ya no es una prioridad y de que tú eres un peligro para el planeta, por el simple hecho de respirar. Y nos hemos tragado la farsa, cediendo y cediendo sin protestar, haciéndonos sentir culpables por querer vivir mejor que nuestro vecino.
Huelga decir, que todo es mentira, que no sobra nadie y que hay recursos para todos, tan solo habría que devolver la soberanía a las naciones y que éstas estuvieran gobernadas por hombres y mujeres sensatos y no títeres de este Nuevo Orden Mundial. Se empieza por decir qué animal puedes tener de compañía y cuando te das cuenta, te lo han quitado absolutamente todo. Desgraciadamente, somos pocos los que ya vemos la hecatombe y además se nos trata de proscritos, parias, lunáticos. Pero sabemos bien que esto no ha hecho más que empezar, que para cuando queramos darnos cuenta ya no bastará la rebeldía, harán falta otros medios, así que cuantos más despiertos seamos, o estemos mejor.
Esta guerra no la vamos a perder, pero necesitamos estar unidos y dispuestos a perder algo más que nuestra libertad a cambio de un mundo sin genocidas ni criminales, donde quepamos todos y cada país administre sus recursos sin injerencias. Un planeta donde animales y hombres convivan en un perfecto equilibrio, sin olvidar que una vida humana tiene que ser protegida desde su concepción. De lo contrario, otras religiones que aún están en la Edad Media, nos sustituirán y les aseguro que ellos no tendrán tantos miramientos, ni con nosotros, ni con nuestros animales. Todavía estamos a tiempo, quizás mañana ya sea demasiado tarde.
Lo que distingue al hombre de los animales es que cuidamos de los enfermos y ancianos. Por eso ahora quieren que seamos menos que animales