El primero fue, recordará el lector, cuando al ahora Niño del Ministerio, o sea, el señor Urtasun, le dio por decir que si había que retirar cuadros de las pinacotecas nacionales y cosas de esas que se les ocurren a los sectores más progresistas del Gobierno. El segundo ha ido directo a la fiesta nacional. Y es que por mucha excusa de mal pagador que ponga el ministro de Cultura, a él, como a muchos sectores de la izquierda, el bienestar animal le importa un bledo; lo que le escuece es eso, lo de nacional, más que la fiesta en sí.
Lo preocupante de estos pseudoavisos taurinos, es que por mucho que le pese a una servidora, y seguramente a media España, es que no los recibe el torero, o más bien bombero torero, Ernest Urtasun, sino la sociedad. Porque independientemente de si el objeto de la prohibición son cuadros o toros, lo que está fuera de toda duda es que es una muestra de la censura a la que ya comienza a estar habituado el pueblo español. Los que venían a acabar con la corrupción han llenado sus patios de fango y sin cortarse un pelo se dedican a esparcir lodo por las casas de todo aquel que piense diferente, haciendo suya la frase del pobre Umberto Eco, pero que en boca de Pedro Sánchez parece que suena mejor.
La verdad es que la semana y media que ha dado el Presidente del Gobierno pasará a la historia de la democracia nacional como el summum de “no me apetece trabajar, pero que me paguen”. Hablar de lo que se vio y vivió el pasado sábado sería para sacarle los colores a más de uno. Pero por el simple hecho de remover fango, que se preocupe Pedro de la maestra de ceremonias que tuvo la fiesta, porque a lo mejor el enemigo no le viene de la derecha ni la ultraderecha, sino de más cerca, de su propio partido. Y es que Chiqui se lo está empezando a creer. Tiempo al tiempo.
Pero volviendo al ruedo o más bien, a la eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia, tampoco es que sorprenda; ni por la tauromaquia, ni por la prohibición. Porque para ser tan progresistas y liberales, lo de prohibir les gusta, tanto, que están planeando prohibir la libertad de prensa. Sí, sí, prohibir libertad de prensa, no es ningún juego de palabras, es simplemente la realidad que vive un país que, en términos de libertad, igualdad, etc. se parece cada vez más a Venezuela, Cuba o Corea del Norte, pero claro, por lo menos no gobierna la derecha.
En cualquier caso, si no quieren premio nacional, pues autonómico. Que el señor ministro va a dedicar el montante de ese dinero para sanidad, como siempre, pues vale, que se lo crean los de siempre. Pero en las comunidades con el logo de socialismo free, que vayan a prohibir a sus casas. Que dejen de limitar al ciudadano. Que dejen de exprimirle. Que dejen que la gente vaya a los toros, al fútbol, a los museos, a donde quieran. Que vaya Urtasun a Las Ventas, por ejemplo, y compruebe quién recibe las orejas y quién los avisos. Aunque a lo mejor, ni él, ni el resto del Ejecutivo están preparados para torear en plazas tan grandes…
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