
La nueva idea que tuvo RTVE para estas últimas Navidades fue todo un éxito. El Gran Prix de Navidad, presentado por Ramón García, Cristinnini, Wilbur y su equipo, triunfó en estas fechas tan señaladas con tres nuevos programas: dos semifinales y una final, utilizando las pruebas y algunos cambios de la edición veraniega que todo el mundo conoce de este concurso.
El 23 de diciembre, el pueblo ubicado en Mallorca, Binissalem, finalista del verano de 2024, se enfrentó a Alfacar, otro situado en Granada, ganador de la final del verano de 2023. Los equipos azul y amarillo se disputaron esta semifinal, que finalmente los andaluces ganaron de forma arrolladora por 14 puntos sobre 28, lo que hizo que Alfacar pasara a la final de El Grand Prix Navideño. Por otro lado, la otra semifinal tuvo lugar el 30 de diciembre, fue televisada y enfrentó a la localidad de Aguilar de Campoo, el pueblo de Palencia finalista en 2023, muy conocido por sus galletas, contra Olvera de Cádiz, ganador del verano de 2024. En esta semifinal, los palentinos arrollaron a los andaluces por 24 a 27.
Y en la final, cambiando el día de la semana, que en vez de caer en un lunes lo hizo un viernes, el pasado 3 de enero, los dos pueblos anteriormente ganadores acabaron disputándose una final bastante reñida. Como quien dice, la misma final que en 2023, prácticamente decidida de manera épica y por la mínima en la prueba del diccionario, que, los de Palencia remontaron de manera sobresaliente. Personalmente, me alegré, ya que la mayoría de mis familiares provienen de esa provincia.
Asimismo, quiero destacar también a Wilbur y al ‘Dinosaurio’ Nico, que consiguieron alegrarnos el día gracias a este concurso tan simpático, además de a la Vaquilla, que, por cierto, los niños querían quedarse con un peluche de la misma como recuerdo del programa. Como siempre hace, Ramón García condujo los tres programas de manera maravillosa. Su implicación con los pueblos es encomiable, incluso en algunas pruebas junto a Wilbur.
Las pruebas de estos tres programas, como bien mencioné anteriormente, prácticamente fueron las mismas, algo que ayuda a que los espectadores continúen familiarizándose con este programa, el del abuelo y el niño, como dice la canción. La patata caliente, los bolos y el diccionario consiguieron amenizarnos las noches y, por ese motivo, desde aquí tan solo me queda deciros a los que producís este programa un sincero y profundo GRACIAS.

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