Moción de censura: sometidos al juego

Una moción de censura totalmente necesaria y útil pues muestra el descontento de la población” opinan unos. “No ha habido moción de censura más inútil en la historia de la democracia” opinan otros.

Un mismo hecho, dos visiones totalmente opuestas, y todos con algo en común. Todos son españoles. Esta condición no se la quita nadie, para descontento de algunos. Estamos inmersos en una de las peores crisis mundiales. Esta pandemia se estudiará en los colegios como la mayor crisis sanitaria de la era moderna, y sin embargo, no nos está sirviendo para aprender.

¿Cuándo empezó a disminuir el sentimiento de lucha común? ¿Alguna vez lo tuvimos? Sabemos que, desde el principio de esta situación, no ha habido consenso político, ni apoyos ni buenas maneras. Pero al principio de esta situación parecía que los ciudadanos, por lo menos nosotros, íbamos a darle una lección a los del Congreso.

Desde que nos confinaron, estuvimos aplaudiendo todos los días a las 8 de la tarde por todas aquellas personas que estaban al pie del cañón, que se levantaban cada día para atender a los pacientes de Covid, para abrir supermercados y abastecerlos, para garantizar la seguridad de nuestras calles, y daba igual de que espectro político fueran. Eran (y son) unos héroes y punto.

Pero a pesar de estar los españoles más unidos que nunca (no era una empresa difícil, todo hay que decirlo) los diputados del Congreso se seguían tirando los trastos a la cabeza. Pedíamos consenso, pedíamos que se apoyaran unos a otros, y lejos de vencer, nos vencieron. Lo volvieron a hacer. Hicieron que volviera a calar en la sociedad esa sensación revanchista, los reproches por pensar diferente, las discusiones entre Monarquía o República… Sin darnos cuenta, nos han vuelto a dividir.

No pasa ni un solo día que piense en qué perdimos por el camino o en quien o quienes nos hicieron perdernos. Llevan tanto tiempo jugando a este juego, de manera tan insistente, que, sin darnos cuenta, mientras creemos de forma ingenua que somos nosotros quienes controlamos nuestras vidas, nuestras opiniones y nuestras críticas, estamos jugando un partido como porteros de un equipo que no hemos elegido.

¿Tan vacías serían nuestras vidas sin que los telediarios hablaran de política? ¿Qué sucedería si, durante un mes, no se hablara de la misma? ¿Qué ocurriría si la política se convirtiera en ciencia, que solo se habla de ella cuando hay un gran descubrimiento y que quien realmente le interese se fuera a canales o revistas especializadas?

¿Habría menos crispación en la sociedad? ¿Se votaría de otra forma cuando llegaran las elecciones? Al fin y al cabo, para algo son los quince días de propaganda electoral. ¿Para que usarlo si ya emplean todo el año? “Una moción de censura” … como instrumento político, para tenernos metidos en el juego.

De repente resuenan en mi cabeza las palabras del cómico Ángel Martín, tras una entrevista en la que mencionó, entre otras muchas cosas, y de forma colateral (ya que el tema de la entrevista era su desarrollo profesional, y no la política), que “la política me parece la mayor basura que ha inventado el ser humano”, sirviendo estas palabras de titular al medio que la realizó.

Fijaos como los medios politizan lo que no es político y cómo sin querer, ha quedado plasmada la frase que resume todo. Soy una persona vinculada a ella, pero sin duda y como muchos pensaréis, algo huele a podrido desde hace tiempo y necesitamos cambiarlo.

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